15. Ángeles como tú

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(No pago terapias, soy pobre)
...






Abrí la puerta de la habitación y dejé pasar primero a La Addams. Mi sorpresa fue encontrarnos con Enid.

La rubia estaba sacando las cosas de su maleta con suma concentración, hasta que nos notó.

—Hola — nos saludó la rubia.

—Volviste — hablé.

—Me voy un par de días, destrozan el lugar y Dedos casi muere, alguien tiene que cuidarlas — mencionó y sentí mi corazón hacerse chiquito.

—¿Qué pasó con ser roomie de Yoko? — cuestionó Merlina.

—Yoko es linda, solo decidí que necesitaba más límites — Enid nos mostró aquella cinta que dividía nuestros lados.

—Olvida la cinta — comentó la pelinegra y mi amiga y yo nos miramos sorprendidas.

—¿A poco Merlina Addams se está suavizando? — bromeé.

—Jamás, es más una evolución.

—Bueno, un centímetro de cinta a la vez.

—¿Por qué el cambio repentino? — preguntó La Addams.

—Por qué funcionamos, las tres, no deberíamos, pero así es, es como una clase extraña de amistad anómala — Enid se acercó un poco a nosotras — Todo lo que dijiste de mi es cierto, pero no me disculpo por eso, no voy a hacerlo, así es como soy.

La mire con orgullo.

—Dedos te extraño — mencioné.

—También lo extrañe, lamento lo de Xavier.

—Pues yo no, es un mentiroso y un asesino — comentó Merlina y rodé los ojos — Además, no hay nada como la sensación de que tienes razón.

—Eso es lo que tu crees y mientras yo esté presente te pido que no hagas esos comentarios — aclaré — Soy fiel creyendo del que el chico artista es inocente.

—Bueno, cambiando de tema — intervino la rubia — Dedos quizás me contó de tu cita con Tyler, ¿Cómo salió?

—¿Tuviste una cita con Tyler? — pregunté con asombro.

No me sorprendía lo de Tyler, pero si la cita.

—Fue interrumpida — contestó la pelinegra.

—Chisme, hoy Tyler tiene el turno nocturno — dijo Enid con una sonrisa pícara.

—¿Y? — mencionó Merlina sin importancia.

—Tonta, debes ir a verlo — la tomé de los hombros y la empujé afuera de la habitación — Ve, ve — la motivé y esta salió del lugar.

Cerré la puerta detrás de mí y solté un chillido al igual que Enid, la cual se acercó a mí corriendo para abrazarme.

Otra vez estábamos juntas, aunque no por mucho...

Llevábamos casi una hora charlando de cómo había sido todo, mientras Dedos nos mostraba sus cremas hidratantes. De verdad que él si tenía su mano muy suave.

—Pero estamos de acuerdo que lo que nunca puede faltar es el bloqueador solar — opiné.

—Totalmente de acuerdo — apoyo Enid.

Dedos alzó su pulgar dándome una aprobación y sonreí.

—¿Creen que debería pintarme el cabello? — preguntó Enid — A veces creo que necesito un cambio de look.

Angels Like You  |  Ajax Petropolus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora