𝑻𝒓𝒂𝒊𝒄𝒊𝒐́𝒏¹ (𝑸𝒖𝒂𝒄𝒌𝒃𝒖𝒓) [𝑻𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂]

𝐈𝐕

⚠️ Weyes esto c viene medio recio, eh, así que ahí va la primer advertencia, va a haber contenido sexual empezando el capítulo ⚠️

~Narra Wilbur ~

Estaba en el balcón de la habitación en que Alexby nos había dejado pasar la noche.

Después de pasar la tarde y quedarnos sin comida, Quackity invitó a Staxx, quien parece literalmente una madre para él, a que nos hicieran compañía, porque unos delincuentes fuera intentaron atacarlo a él y a Titi mientras iban camino a casa.

Éste pueblo parece tan pacífico, pero una vez conoces la historia ya no lo puedes ver igual.

Alexby me contó un poco de lo que había tenido que vivir Q con Luzu, y lo mal que la había pasado.

Toda una relación tóxica. Los celos de Luzu parecían asfixiantes, no sé cómo de mal la haya tenido que pasar Quackity, pero tengo una vaga idea.

Y el simple hecho de que lo haya ilusionado y traicionado a la vez, se notaba que era una herida profunda que al pato le iba a tomar tiempo cerrar.

Pero yo estaría ahí para él. Si en el pasado no lo había logrado salvar, ésta vez lo haría. No dejaré que esto lo derrumbe, y voy a conseguir cueste lo que cueste que mi pato obtenga lo que merece.

Él aquí parece ser una persona fuerte, pero tiene un punto débil: sus emociones.

Claramente no tiene la sabiduría en batalla que en su anterior vida, y mucho menos la fuerza como para dejar de lado a alguien a quien le tiene cariño porque ésta persona le hizo algo.

Pero algo sí tenía, y era mucho rencor, sed de venganza. El hecho que quiera hacer justicia aunque sea por sus propias manos. Algo que serviría para lo que estaba por venir.

Me recargué en el barandal del balcón, y solté una bocanada de humo. Sí, estaba fumando. Me sentía lo suficientemente estresado como para evitar hacerlo.

Detrás mío escuché movimiento, pero supuse que solo eran los de a lado, Fargan y Alexby.

Pronto descubrí que así no era, sintiendo unas manos tibias abrazarme por la cintura.

—¿Sabes que el humo puede afectar a Titi, verdad?— me dijo Q mientras posaba su cabeza en mi espalda.

—Tu hermanito no está aquí, Quackity— le dije mientras me paraba bien y lo ponía a un lado de mí, tomándolo por la cintura con un brazo.

—¿Qué piensas de Karmaland, Wilbur?— me preguntó un poco desanimado.

—Es un pueblo muy bello— le respondí— Hasta ahora los habitantes me han hecho pasar un buen rato. Me han dado una buena bienvenida.