𝑻𝒓𝒂𝒊𝒄𝒊𝒐́𝒏¹ (𝑸𝒖𝒂𝒄𝒌𝒃𝒖𝒓) [𝑻𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂]

𝐕

~ Narra Quackity ~

Hoy era día de comenzar mi revolución. Necesitábamos prepararnos para lo que podía venir. No nos podíamos fiar más de Luzu, ya que él no tendrá una pizca de piedad mientras se trate de nosotros

Teníamos que salir de Karmaland rápido, pero ¿Dónde nos alojaríamos después?

Los secuaces recorren todo el pueblo, y teníamos que actuar rápido antes de que esto se pusiera feo, y corriera sangre por las calles.

—¿Qué tanto piensas, pato?— preguntó Wilbur poniéndose a mi lado y recargandose también en el barandal.

—Necesitamos más gente— le dije y lo volteé a ver.

Estaba fumando, y me ofreció un cigarro, el cual no rechacé y de inmediato lo encendió.

—¿Y no tienes más aliados en Karmaland?— me preguntó mientras se guardaba el encendedor en una de las bolsas del pantalón.

—No sé quién pueda ayudarme— le dije, y me puse el cigarro en la boca— Tengo a dos personas pero ni siquiera sé si podrán venir.

—¿Por qué?— Wilbur echó su cabeza de lado mientras veíamos a Staxx jugando afuera con Titi, quien acababa de poner una TNT en el piso.

El explosivo rápidamente actuó y dejó un gran agujero en el piso, mientras Staxx regañaba a Titi.

—Creo que tu hermano nos va a ser de utilidad— me dijo un poco sorprendido por lo que acababa de pasar, pero para mí ya era normal.

—Son mis primos— le dije y volví a consumir un poco más el cigarro— No son de por aquí.

—¿Irás a ver a Sapo?— me preguntó soltando el humo.

De hecho es lo que tenía planeado desde que inició todo, pero no había actuado por alguna razón.

—Sí, pero no solo necesito eso— le respondí un poco triste— Necesitamos saber qué hacer para salir de Karmaland. O al menos a un lugar entre todos dónde no nos encuentren los secuaces.

—¿Vas a construir de nuevo una fortaleza?— preguntó él y mi curiosidad creció.

—¿Tenía una en mi vida pasada?.

—Algo así— Wilbur rió y se dirigió el cigarro a la boca— Más bien era un país, que ambos gobernabamos, pero el edificio central era una en caso de algún ataque. Quizá sea buena idea que tengas una aquí, pero vas a necesitar mucha gente para construirla en tres días.

Solté el cigarro y cayó al pasto de abajo, exhalé el humo y entré a la habitación.
Wilbur solo me volteó a ver, mientras recargaba su cadera en el barandal.

—Necesitamos un plan, y yo te necesito conmigo, Soot— le dije mientras me sentaba en el piso.

—Pues ve a traer a tus primos— me dijo con obviedad— De igual forma nos va a hacer falta gente.