6 AM

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-¿Quién?

...

Messi solo miraba su sudadera, pensando algunas cosas, este chico lo tenía pensado todo el tiempo y lo tenía tan intrigado sobre todo lo que hacía.

-Nadie realmente importante, no te preocupes- le dió una sonrisa a su compañero mientras le ponía el brazo en la espalda, y así, se fueron a buscar a sus otros dos amigos.



-Hijo de su perra... - Ochoa iba pensando en voz baja mientras caminaba con un mirar enojado, realmente se le notaba molesto. Aunque esta vez su encuentro con Kevin fue más inocente no era de menor importancia, lo odiaba tanto, que si ese chico no se hubiera metido al baño probablemente el hubiera...

-Ey ey ey ey ¿Qué pues? ¿Andas encabronadillo?- Lainez apareció por arte de magia detrás de el, haciendo que este parara abruptamente, sacándolo de sus pensamientos intrusivos que de nuevo estaban invadiendo su mente, no le gustaba sentirse así, pero le ganaba la rabia la mayor parte del tiempo.

Volteo para ver a su amigo al cual le dedicó una sonrisa pequeña. No era de mostrar mucho sus sentimientos, pero todos tenemos una debilidad, y la suya eran sus amigos.

-Nada nada, tu no te preocupes por eso- ahora se notaba un poco más relajado, como si todo lo malo hubiera desaparecido de su mente ¿Acaso Lainez tenía algún efecto tranquilizador? ¿Acaso eran sus ojos? ¿Acaso era como una Alprazolam?

Pero este lo miro con los ojos entrecerrados, creo que no le creyó.

-Fue el Kevin ¿Verdad?- ya lo conocía, probablemente sus amigos lo conocían más de lo que el se conocía a si mismo.

-No, ni al caso...-

Una vez más, los pensamientos intrusivos entraron a su cabeza y a sus puños.

Pero, siempre algo tenía que cruzar por su mente antes, o por sus ojos...

Y esta vez fue la imagen de una chica que tenía a unos cuantos metros de el junto con un chico, el cual le estaba dando su sudadera.

Razón: no lo sabe.

Pero si sabe la razón por la que en ese preciso momento no fue a partirle la cara a Kevin, y esque un pequeño déjà vu entro a su mente.

Quizá Messi estaba empezando a ser su pequeña nueva debilidad.

Pero ¿Por qué? Apenas lo conocía y ni siquiera sabía muchas cosas de el, pero tan solo de pensarlo se sentía muy...

Diferente, como si le hubiera hecho algo.

-La sudadera..-

-¿Qué?-

Entro en pánico cuando recordó la sudadera de aquel chico bajito. Había sido arrebatada de sus manos justo cuando ese infeliz entro al baño y le robó la poca felicidad que tenía.

Nesecitaba saber dónde carajos estaba, así que se marchó rápidamente al baño, otra vez.

En cuanto entro al baño y vio que no estaba se puso frío, pudo sentir como "se le subió el muerto" sin siquiera estar medio dormido, y era más que obvio que nadie se la iba a regresar.


Pasaron las horas y se habían llegado aproximadamente las 5:30 de la tarde, hora en la que la escuela cierra, y Messi estaba ahí, afuera sentado en las gradas esperando a que de Paul saliera, pero en cambio salió este chico de melena rizada que no paró hasta encontrar la sudadera.

Con su misión fallida salió cabizbajo, no quería que el argentino tuviera una mala impresión de el, pero la verdad esque ni siquiera había sido su culpa.

Pero Messi, al escuchar unos pasos detrás de el volteo, pensando que era su amigo, pero no, era este chico que lo tenía comiendo de su mano.

Ambos quedaron viéndose, nuevamente atrapados mutuamente en sus miradas, y aún mirandose, Ochoa se acercó a el y se sentó a su lado, ahora viendo a las manos del contrario, observando como el tenía entre sus brazos la sudadera que tanto había estado buscando.

-Oye, perdón, fue un pequeño accidente en el baño-

Otra vez se miraron directamente a los ojos.

-Si no la querías pudiste haberlo dicho, ella no tiene la culpa de nada-

Y por alguna razón estás palabras llegaron como bala a su corazón, que hasta sintió como un pequeño nudo se había formado en su garganta.

-Puedo lavarla- la tomo de las manos de Messi cuidadosamente.

-Esta bien- Leo le dió una pequeña sonrisa.

-Me gusta como olía tu sudadera-

-A mí me gusta como huele tu cabello-

Al escuchar esto, el mexicano no pudo evitar soltar una pequeña risa, de todo lo que le pudo gustar de el le había gustado ¿El olor de su cabello?

-Jaja, gracias, si quieres puedes tocarlo, no me gusta que lo hagan pero ayer una desconocida lo hizo, entonces no se porque tú no-

Messi no rechazo la invitación e casi inmediatamente tocó delicadamente los rizos de el chico, los cuales tenían una textura muy suave y agradable, y claro, un olor muy lindo.

Al ver que el tiempo pasaba y que probablemente de Paul lo había abandonado, Messi se paró de las gradas dónde estaba sentado junto a Ochoa.

-Me tengo que ir, creo que mi amigo me abandono y no puedo esperarlo acá por siempre- se sacudió un poco y se paró enfrente de Ochoa, el cual se paró también.

-Quiza quieras darme tu celular, no quiero buscarte por siempre para devolverte tu sudadera- el más alto dijo con una sonrisita, a lo que el argentino asintió para después dictarse lo.

Cuando se despidió de él sintió una pequeña paz, quizá al saber que este chico no lo odiaria por siempre, y que quizá y solo quizá..

Había hecho un amigo nuevo.









AHHHHH, son las 3:34 de la mañana, justo terminé un minuto después de la hora del diabolo 😦.

Tengo mucho sueño y hambre, así que si este cap tiene faltas de ortografía o está un poco sin sentido una disculpota, cuando esté chida lo arreglo :).

12 AM (Messi x Ochoa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora