10 AM

455 60 23
                                    

Al llegar las 7 de la mañana todos los estudiantes ingresaron al plantel y entraron a sus respectivas clases. Messi entró a geometría del diseño y Ochoa a derecho penal.

De ambos las clases que menos les gustaban, a Messi no le encantaba porque era demasiado aburrida, pero la razón de Ochoa para odiar esta clase era un poco más compleja.

-Buenos días, jóvenes- El maestro entró al aula de derecho penal, era un maestro que transfirieron de Argentina el año pasado, su nombre era Gerardo Martino. A ninguno de sus alumnos le caía bien, era ese típico maestro estricto y "lame botas" con sus superiores y la gente con la que le convenía llevarse bien, entre ellos, el papá de Kevin.

Se escuchó al unisono la respuesta de sus alumnos, la cuál era un "buenos días, profesor Martino", porque ya sabían que si no respondían a su saludo les iba a dejar algo.

Como un pequeño castigo.

Por maleducados.

La clase transcurría lentamente, no era solo su mente, si no que ese anciano hablaba tan despacio que hacía que el tiempo se ralentizara, haría que cualquiera se durmiera con tan solo escuchar una palabra proveniente de su boca.

Un claro ejemplo de ello era Kevin, se quedó profundamente dormido en su butaca, provocando que el chistosito del salón que nunca maduró sacara su celular y le tomara una foto.

El anciano estaba en lo suyo, haciéndole pensar que no lo voltearia a ver cuándo le tomó la foto a Kevin, pero parece que tiene muy buenos reflejos, ya que al instante que eso pasó, el volteó a ver a los alumnos, y por ende vió esta escena.

-Joven, ¿Me puede decir que es lo que acaba de hacer?-

Ese comentario hizo que toda la clase volteara a ver al fondo, dónde se encontraban ambos chicos. Ese tipo se congeló al escuchar la voz de Martino, ya sabía que esa noche no iba a poder dormir.

-Esque Kevin...- el tono de su voz era bajo, casi imperceptible, haciendo que casi ni se escuchara.

-¿Qué le hizo su compañero? Díganos a todos para juzgarlo juntos- su mirada se notaba amenazante, era obvio que aunque le hubiera hecho algo el no le castigaría con nada, era uno de los contactos que tenía el papá de Kevin para cuidarlo dentro de la escuela y notificarle si alguien le había hecho algo.

El chico se quedó congelado a tal punto de que ni responderle a Martino pudo, por lo que el viejo sacó sus propias conclusiones, ignorando totalmente el hecho de que su alumno estrella estaba completamente dormido.

-Muy bien, entonces me temo que va a tener que llevar una tarea extra, que triste, ya saben ustedes que no me gusta dejarla, pero cuando me orillan a hacerlo...- ahora su expresión paso de una amenazante a una triste, esto con total cinismo, este era uno de sus pequeños castigos, y aunque siempre era la misma tarea, era una que definitivamente bastaría con hacerla una sola vez.

Se acercó lentamente al lugar del chico y al llegar bajó su torso para quedar a su altura.

-Supongo que ya sabe cuál es su tarea ¿Verdad?-

El chico asintió sin siquiera dirigirle la mirada, no era capaz de mirarlo a los ojos con lo que sabía que le iba a hacer pasar, estaba casi temblando de miedo y de la impotencia de no poder hacer nada, ya que si se negaba a hacerlo podría pasarle algo peor.

-Muy bien, continuemos con la clase- le dedicó una última mirada y regresó a su lugar al frente del aula.

Ante todo esto, el solo tenía una pregunta.

¿Cuál iba a ser la "tarea extra" que tendría que llevar ese chico?

Claro, pensaba en cosas inocentes, quizá escribir un archivo complejo sobre algún caso inconcluso con lujo de detalle o algo así.

12 AM (Messi x Ochoa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora