Se fue acercando lentamente hacia el, quería llegar sin que se diera cuenta, no quería asustarlo o algo así, así que camino lo más lento que pudo y sin hacer ninguna clase de ruido.
Cuando llegó a estar justo detrás de el, paró un momento antes de sentarse, iba a ser la segunda vez que se volvían a hablar desde ese día; la primera vez no salió muy bien, ya que en lugar de ese Lionel todo dulce y amable apareció un Lionel muy competitivo y lleno de ego.
Caminó dos exactos pasos para estar a un lado de el y se sentó, con la mirada al frente.
Sin siquiera voltear a verlo, Ochoa ya sabía quién era la persona que estaba a su lado, y presentía que se venían momentos incómodos, ya que, a pesar de que los reencuentros siempre son inolvidables y todo eso, este no era un reencuentro "común".
Y aunque así era, ya sabía Guillermo que Lionel solo iba a decirle que jugó increíble y que no estuviera triste.
Todas esas palabras siempre van al bote de basura, son relleno para la mente.
-Oye...-
-Ni vayas a decir nada, esa mierda ya la he escuchado antes-
Ante este comentario un tanto agresivo, Lionel lo volteo a ver con sus ceño fruncido, sabía que estaba molesto y así pero no sabía porque con el, el solo estaba haciendo su rol en su equipo.
Y aunque Ochoa ni lo estaba mirando, ya sabía que Lionel a el si, se sentía una mirada pesada, y así era, no se lo esperaba de alguien como el.
Se armó de valor y volteó a verlo, recargando su cabeza en su brazo, el cual estaba recargado en su rodilla doblada, para ahora sí quedar cara a cara, aunque la de el se veía tan mal, y no por algún aspecto estético, si no porque se notaba muy demacrado, sus ojeras, su tono pálido, sus labios secos, los ojos y la nariz rojos, literalmente parecía un muerto con un poco de color.
-Por dios, mirate cómo estás- Messi abrió sus ojos más de lo que los tenía y acarició la mejilla del contrario con suavidad, definitivamente ahora sabía que quería y debía cuidarlo como si fuera su objeto más preciado.
-¿Me tienes lastima?- su voz apenas se escuchaba, y se escuchaba entrecortada por haber llorado unos minutos antes.
-No, no sería capaz...- aunque su boca decía una cosa sus ojos decían otra, y esque en esos lindos ojos argentos no cabía otra cosa que no fuera lastima y tristeza, pero no en los términos que creía Ochoa, era todo lo contrario, quería hacerlo chiquito y guardarlo en su bolsillo para que nada malo le pasara, no quería verlo tan triste.
-Lo único que siento es...
mucho afecto-
Cobardeeee.
Si no hubiera terminado la frase, probablemente el fuego en Ochoa se hubiera vuelto a encender, hubiera vuelto a nacer esa linda esperanza que tenía desde hace mucho, pero como si lo hizo y su respuesta no era lo que el esperaba... Pues...
-Es lo mismo, no mames-
-No, no lo es- aún seguía acariciando su mejilla, estaba ardiendo y esto alarmaba a Messi, pero cada caricia hacía que Guillermo se estuviera arrullando ahí con el.
Estuvieron mirándose fijamente sin hacer nada más que hacerse compañía, se sentía como un niño pequeño herido junto a un adulto que estaba ahí para curarlo.
-Aun tenés fiebre, será mejor ir con un doctor-
Por arte de magia Ochoa asintió, dejaría que el argentino lo guiará hacia donde el quisiera, no importa a dónde, el sabía que estaría bien si estaban juntos.
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12 AM (Messi x Ochoa)
RandomOchoa es el baterista de una pequeña banda que se presenta en bares Messi es un estudiante de intercambio que sale a festejar su llegada a México con sus amigos un fic dónde Messi y Ochoa son adolescentes, no sé lo tomen muy enserio iniciada: 23/12...