1 AM

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Al tenerlo más de cerca, Messi podía observar todas sus facciones faciales mejor, sus lindos ojos, su nariz, sus labios... Pero definitivamente lo más lindo que tenía el chico al que había estado admirando toda la noche eran sus rizos, parecían cascadas doradas cayendo, aunque el color de su cabello era más oscuro, para los ojos del argentino era como el oro, sus ojos parecían galaxias en las cuales habían millones de estrellas, y finalmente sus labios, la mejor parte, se veían tan suaves. Nunca había sentido algo así, mucho menos con alguien de su mismo sexo, ¿Que le estaba pasando? El estaba completamente seguro de que siempre le habían atraído las mujeres, era 100% hetero, ¿O no?

-¿Que me ves? ¿Te gusto o qué pedo?- el chico de rulos le hacía señales a el argentino, que al final de unos segundos volvió a esta realidad, estaba muy apenado.

-Ay, lo siento, soy un pelotudo- en cuanto Messi volvió a este planeta se quitó de la camioneta.

-Tragame tierra...- murmullo el más bajo, recapitulando lo que había acabado de hacer, había iniciado todo con el pie izquierdo, seguro que hizo sentir incómodo al chico de rulos.

-Oye ¿Los weyes que estaban en el bar contigo son tus amigos?- Ochoa le dijo a Messi, mirándolo con un poco de incertidumbre, el asintió y Ochoa soltó una pequeña risa.

-Están bien pedos- dijo mientras conducía la camioneta lentamente para seguir hablando con el chico.

Messi lo sabía perfectamente, solo estaba rogando para no encontrarse con una escena desagradable
-Lo se, solo salí un rato para respirar- soltó un suspiro al decirlo, podía manejar la situación, pero empezó a cuestionar las cosas cuando los malos pensamientos invadieron su mente.

-¿No son de aquí verdad?- Mientras Ochoa seguía manejando le pregunto al otro chico, su acento lo delataba, no podía negarlo.

-No, somos de Argentina pero venimos de intercambio un año- parecía más un interrogatorio que una charla, pero el mexicano era curioso por naturaleza, y el argentino demaciado parlanchín

-Ahhh va va va va- Ochoa estacionó la camioneta y bajo de esta, le puso la alarma y se puso a un lado de Messi.
-¿Hace frio no? Yo tengo mucho, amonos pa' dentro, pibe- Dijo el más alto para recargarse en el más bajo mientras ambos se miraban directamente a los ojos, pero por alguna razón la mirada del mexicano hacía que el argentino se sintiera intimidado, pero no lo iba a mostrar, y aunque le costó, mantuvo el contacto visual.

-La verdad no quiero, pero alto frío que hace, mejor si- comenzaron a caminar juntos hacia el bar, y al momento Messi localizo a sus amigos, gracias a dios seguían en la barra, aunque se notaban un poco más ebrios de lo que él los dejó.

Se acercó rápidamente a sus amigos, de verdad agradecía que no estuvieran haciendo algo de lo que al día siguiente se arrepentirían.
-Oye ¿No se supone que no te ibas a poner hasta el orto? Sos el que más lo esta- Messi le dijo a Dibu mientras este tenía la cabeza en el hombro de Álvarez, a punto de dormirse.

-Ya Leo, dejalo así, no empieces a...- Martínez ni siquiera pudo completar la palabra, tenía sueño pero el era el típico "seguimos bien" aunque estuviera borrachisimo.

-Nos tenemos que ir de acá, mañana tenemos escuela y sería una estupidez llegar tarde por esto- Messi dijo mientras sacaba su teléfono, iba a pedir un Uber, ni de broma se iba a ir con ellos caminando.

-¿Nesecitas ayuda?- Ochoa apareció detrás de Messi por obra divina, paso por su mente pedirle que si los podía llevar, pero mejor se negó a preguntarle.

-Nah, está bien, estoy pidiendo un Uber- Messi no quería estar más tiempo ahí, y seguro Ochoa tenía más cosas que hacer, igual no era su obligación hacerlo, apenas se conocían.

-Te van a tranzear wey, te van a cobrar un chingo y yo nada, si quieres te hago el paro- el mexicano sabía bien que la gente en su país era asi, y no le costaba nada ayudar, sus padres siempre le enseñaron que si podía ayudar a alguien lo hiciera.

-¿No te molesta?- Messi aún estaba un poco desconfiado, pero por alguna razón ese chico le transmitía confianza, sentía que lo conocía desde hace mucho cuando ni siquiera habían pasado 20 minutos desde que habían intercambio unas palabras.

-No, está bien- le palmeo la espalda tratando de transmitirle confianza.
Después de esto le ayudo a llevar a sus amigos a la camioneta.

-¿Quién porongas sos vos?- dijo de Paul cuando volteo a ver quién era la persona que lo estaba ayudando a caminar, pero Ochoa ni siquiera le contesto, realmente no lo escucho aunque lo tenía a escasos centímetros, los subieron a la camioneta y después se subieron ellos.

-Entonces en los departamentos que quedan cerca de la universidad ¿Verdad?- Ochoa conducía con Messi de copiloto y sus tres amigos en la parte de atrás muy dormidos.

-Si, y gracias por ayudarme, de verdad, no era necesario- Messi lo miro y cuando el mexicano volteo a verlo le dió una pequeña sonrisa, haciendo que por una extraña razón el corazón de Messi se acelerara, y una vez más comenzó a analizar su rostro, definitivamente podía pasar horas mirándolo y no se cansaría.

-Ta bien, no tienes porque agradecerme, igual ya estamos aquí, no están nada lejos- apagó la camioneta, ambos bajaron y bajaron a los chicos.

-La puta madre pónganse firmes, parecen fideos- Messi les reclamaba a sus compañeros, sería buena suerte si lograban llegar hasta la puerta del departamento.

-Ya ya, firme firme- el Dibu jugaba mientras tenia a Álvarez y a de Paul a sus lados.

-Uy mierda, no tengo el celu- Álvarez comenzó a tocar los bolsillos de su pantalón y en ninguno se encontraba, aunque en ese momento no le importaba tanto como si estuviera sobrio. Lo único que pasó fue que de Paul le pusiera el dedo el los labios para que guardara silencio, pero comenzaron a reír los tres mientras iban a la entrada del edificio

-Bueno, gracias eh, amable de tu parte...- se quedaron unos segundos de silencio en lo que Messi recordaba el nombre del chico, pero ni siquiera sabía su nombre, así que se quedó asi.

-Si no te preocupes, todo bien..amm-
-Lionel Messi, ese es mi nombre-
-Okay, entonces Lionel no te preocupes, espero volverte a ver, pibe- sin más que decir Ochoa se dió la vuelta para irse, subió a su camioneta y la encedio, a los pocos segundos comenzó a andar, aún ritmo lento pero en poco sería rápido. Messi no se quería quedar con la incertidumbre sobre cuál era el era el nombre del chico que lo había encantado esa noche, así que le gritó a solo unos metros de el.

-¡Oye, no me dijiste tu nombre!- creyó que no lo había escuchado, pero la camioneta se paró abruptamente y el chico de rizos asomó su rostro para poder ver al argentino

-Soy Guillermo Ochoa, mucho gusto- volvió a meter su cabeza y emprendió camino.

-Realmente espero volverte a ver, Ochoa- ahora fue Messi el que murmullo esto, no sabía si era el efecto de la única cerveza que había tomado o el humo de cigarro en el bar, pero desde esa noche algo cambio en el.








Feliz navidad :)

12 AM (Messi x Ochoa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora