Prólogo

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En retrospectiva, muchas veces he creído que toda mi vida ha sido aburrida, o al menos, algo que podrías llamar "normal".

No es que fuera aburrida realmente pero, creo que sería similar a la de casi toda la población del mundo. Llegas en un momento en la vida en el que solo despiertas, te preparas, vas a trabajar a menudo en un lugar que no te agrada, almuerzas a tus horas, sales del trabajo, regresas a cenar y duermes. Solo en pocas ocasiones aquella rutina monótona se ve interrumpida por un evento, a veces agradable o a veces terrible pero, en algún momento volverás a esa misma rutina.

A veces pasa, a todos nos pasa, y yo no soy la excepción, pero la manera en la que yo salí de esa rutina fue cuando menos, inesperada.

Antes que nada, debo de aclarar que yo no creo en cosas como la magia o seres fantásticos, siempre me ha parecido absurdo que algo así exista. He disfrutado esas cosas en las películas y series de TV que a veces veo pero, por mucho que me guste poder hacer algún conjuro mágico o algo por el estilo, es imposible. Y tampoco creo en aquellas "pruebas" que puedes encontrar en internet sobre ovnis, fantasmas y demás fenómenos paranormales.

Precisamente hace algunos meses vi una historia curiosa y, por obvias razones, no apareció en los noticieros o en los periódicos. Se reportaba una alucinación colectiva en la que, mucha gente decía haber visto a una mujer de blanco volando sobre una escoba la cual se deslizaba a gran velocidad a través de las principales avenidas de un municipio conurbado de la Ciudad de México, a unas dos horas de aquí.

Pude ver las grabaciones amateurs de la gente que vivió aquel suceso, era más que evidente que era un truco publicitario porque resulta que aquella bruja blanca, resulta ser idéntica a la protagonista de un anime que hace poco estuvo en emisión.

Y por eso no creo en esas cosas.

O al menos, eso pensaba, hasta que la conocí, a ella.

Siempre que veía en la televisión o en películas, historias de personas que no tenían nada fuera de lo común, pero de un momento a otro, y a veces contra su voluntad, se volvían héroes salvadores del mundo, obtenían un poder místico y poderoso o únicamente salvaban a la mujer que amaban.

Sí hay alguien a quien amo pero eso es otro tema aparte.

A veces, por muy ficticio que fuera todo eso, me preguntaba cómo es que el destino, o lo que sea que fuera, elegía a esas personas siendo que son individuos comunes sin nada especial. Y eso me causaba algo de envidia, pero también me daba algo de esperanza. Creía que si alguna vez sucediera algo así, yo tendría posibilidades de ser uno de esos "elegidos"

Y sí, creo que Santina me eligió, o eso quiero creer.

Pero lo peor de todo es que, aunque tuve la oportunidad de hacer grandes hazañas como los protagonistas de todas esas historias, lo eché todo a perder.

Como de costumbre.

La historia de Santina y la míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora