El Imperio En Llamas (IV libro de la saga Dioses Universales)

Lina: La Boda De Mi Sueños.

Los siguientes cuatro meses transcurrieron en la preparación de mi boda. La celebración la llevaré a cabo en mi castillo, Tristan al ser el novio tuvo que poner la mitad de los gatos. Él al ver lo que costaba la boda, quiso huir, pero no lo permití.

—Lina, esto es una exageración —exclama con la hoja del presupuesto en la mano—. Nada más en comida son tres mil coronas. La ceremonia cuesta dos mil quinientos, el alojamiento de invitados, el torneo de barcos y justas son seis mil coronas. La recepción tiene una duración de cinco días ¿mujer acaso usted cree que yo cago plata?

—No seas malhablado —tuerzo los ojos—. Con los regalos de los invitados se pagará la boda, hasta puede que sobre. Solo necesito que firmes y que me des once mil quinientas coronas para pagar algunas cosas. El resto lo pongo yo.

 Él me mira furioso y me dijo que me daba el dinero la siguiente semana. Él estaba irritado esa semana y se limitaba a hablarme. Decía que los torneos, y la recepción duraban demasiado y que no valía tanto la pena darles ese tiempo a esas personas. La lista de invitados es considerable, Tristan invitó a sus ministros con sus familias, también invitó a las grades familias de las otras ciudades de su planeta; en total invitó a unas doscientas personas. Por mi lado invité a quinientas personas; depuré a una gran mayoría de mis celebraciones, el que viene a juzgarme y a criticarme, que se quede en su casa.

 Una de las cosas que más me cuesta en escoger son los diseños para mis vestidos de novia. He usado grandes vestidos, de todos los diseños que puedo imaginar, de todos los colores y telas. Que no me imagino escogiendo algo impactante, porque ya lo he usado; quiero impactar, pero también sentirme cómoda caminando al altar. Voy a optar por la comodidad, pero con elegancia. El color de los dos vestidos que usaré serán de un blanco crema y uno será verde olivo. El primer vestido será de escote bajo adornado con perlas y pequeñas bolas de oro, esas piedras bajarán por el medio del corsé hasta descender por la falda y el borde de la falda será bordada con hilo dorado. Las mangas serán abiertas y abombadas. Ese vestido será para la recepción.

 El segundo vestido será para la ceremonia, será blanco marfil con bordado en plata, igual para el corsé y el corpiño. Cuello cuadrado y con pedrería de oro y perlas. Las mangas serán dobles, pero la primera será de piel y la de abajo será de satén, ambas serán abiertas llegando a las muñecas. El tercer vestido será un vestido un poco más sencillo, de color verde olivo bien claro, de falda sencilla, pero con un bordado sutil. El corpiño será adornado de perlas por el medio y el cuello cuadrado serán llenados con ellas. Las mangas serán más ajustadas, pero sin perder la movilidad.

 También ordené que le confeccionaran a Seraphine y a Atlas sus trajes para la boda. Tristan ha insistido que Atlas esté involucrado con la boda, considerando que Tristan ha estado enojado por el costo de la boda, no me opuse a sus deseos. También le tomaron las medidas a Tristan para el traje ceremonial y otros para los siguientes días.

 Ya por fin es el día de mi boda y me siento ansiosa, he planeado este día con mucho detalle y esmero. Salma y Emilia ayudan a los niños a vestirse, nunca he sentido tanta gratitud por alguien y ellas se las llevan todas. Tristan lo están vistiendo en otra habitación mientras que a mí me alistan junto con las mujeres de la familia. Uno de los pocos deseos que pidió Tristan es que su madre y su hermana Estrella estuvieran en su boda. Estrella solo podrá estar por un día, estará en la ceremonia y en el primer día de celebración. Ella y Luna conversan a gusto mientras que su madre las ayuda a peinarse.

 Mi madre se acerca hacia a mí ya arreglada, su vestido color bronce y elegante y con mangas cortas, su cabello está recogido en un moño trenzado. Tiene una tiara de rubíes que roba el aliento.

—Estás quedando hermosa —ella me mira con una sonrisa. Yo me sonrojo y asiento.

—¡Mami! —grita Seraphine corriendo hacia a mí—. ¡Mírame!