(Parte 3) Luna: El Deber Por Encima Del Placer.

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—¿Qué se siente tener ese anillo en tu mano? —pregunta Sol susurrándome en el oído. Tengo sus manos en mi cintura.

—Maravilloso —ronroneo y me doy la vuelta, choco mi frente con la suya—. Ser tu esposa es maravilloso.

 Él me carga en sus brazos y me lleva hasta a la cama, él me deposita con cuidado. La cama se encuentra cubierta con pétalos de rosas, la habitación se encuentra llena de flores, frutas cortadas y sin las semillas, el vino se encuentra servido. Pero nada de eso me importa si tengo a mi rey encima de mí. Él me besa el cuello con esmero mientras que sus manos descienden por mi cuerpo levantando mi camisón, sus cálidas manos suben por mi cuerpo. Él deja de besarme y me quita el camisón, su sonrisa de oreja a oreja me hace reír, yo soy un premio que él quiere tomar y yo lo dejo, creo que ha jugado bien sus cartas y se ha ganado a una reina.

 Pasaron tres años después del nacimiento de Lucian para poder concretar nuestra unión. Nosotros tuvimos un poco más complejo los tratos previos a la boda, el consejo de Sol no quería que me casara con él. Un rey de la luz debe desposar a una reina de la luz, a pesar de todos los tratos comerciales que habíamos pactado. Llegar a un acuerdo no fue sencillo, algunos me ven como la responsable de la caza de Sol hacia las personalidades corruptas del reino. Al parecer todo era mejor cuando podían manipular a Sol a su antojo y él ni se daba cuenta. Por mi parte, mi consejo si tenía sus dudas con mi unión, no por el hecho que Sol sea un rey de la luz. Sino por el hecho de las tierras de mi reino, los recursos naturales de mi reino no están a disposición de ningún gobierno extranjero.

 Entiendo a Lina por querer que sus hijos sean centrales o de la luz. Mis hijos sin nacieran oscuros, no tendrían tierras que gobernar. Tal vez dinero, pero no me convence. Mis hijos deben ser criaturas de la luz por el bien de su futuro. Sol ha pactado para que su primogénito herede un importante ducado al oeste de su reino, siempre y cuando sea una criatura de la luz. Tengo que procurar que mis embarazos transcurran aquí en Solaria.

 Mi boda fue hace una semana, una semana que duró el festejo nupcial. Sol lo quiso así, para que cada sector del reino pudiera celebrar con nosotros. Como acto de buena fe, Sol habilitó hospitales y escuelas para las zonas menos desfavorecidas; también un día entero de entrega de comida para que pudieran sentirse como si estuvieran en la boda. Él se encargó que, en cada inauguración, yo estuviera presente para que los súbditos de Sol me reconozcan como su nueva reina.

 Mi hermana, por fin pudo conocer Solaria, aunque fue por Taurus que la llevó con su dragón guardián a recorrerlo. Su relación es extraña y complicada, van a un ritmo lento, no tienen ningún tipo de prisa; solo quieren vivir el momento mientras que estén juntos. Taurus se veía bastante feliz cuando Estrella entraba a cualquier habitación, él tiene pensamientos amorosos y carnales hacia mi hermana. Eso último me desagrada, mi único consuelo es que no hayan consumado nada, ver ese tipo de actos en las mentes de las personas es bastante desagradable.

 La despedida de mi madre y mi hermana fue rápida, pero dolorosa. Las dos se fueron al cuarto día de mi boda, el señor Seth se despidió de su hijo y de la familia. Los dos se fueron al infierno mientras que mi hermana volvió a Lazarus, me hubiera gustado que ella le hubiera gustado ser reina o duquesa. Cualquier cosa que no la ponga en peligro y que sea algo estable. Algo que he aprendido con Tristan y Taurus, es permitir que las cosas y personas no están bajo mi control. Sería todo más sencillo si pudiera controlar a todos, pero el amor consiste en querer la felicidad del otro sin importar que vaya en contra de tus deseos egoístas.

 Tristan me ha permitido estar y enseñarle a Seraphine a controlar sus poderes. Esa niña como la adoro, tiene tantas emociones viviéndolas a flor de piel. Ella es sociable, abierta y con mucha personalidad. Cuando voy a verla una vez por semana, soy sumamente feliz. Mis métodos de enseñanza son similares a los de mi padre, sin embargo, no voy al extremo de dejarla inmóvil. Ese error no lo voy a cometer bajo ningún concepto. Ella aprende rápido, pero su defecto es querer correr cuando apenas estás caminando. Tristan se lo repite, pero ella es impaciente.

El Imperio En Llamas (IV libro de la saga Dioses Universales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora