Renacimiento en los 70s

Capítulo 143

Cuando Tao Zhi salió, Er Gou se estaba marchando y Xie Yan estaba cortando leña, así que se acercó y se sentó en un taburete: "¿Ha vuelto Er Gou? ¿Cómo está Liu Juan?"

Xie Yan asintió: "Nada más, la boda es el próximo miércoles".

En cuanto Tao Zhi oyó esto, tuvo un pensamiento en su mente, parecía que efectivamente no pasaba nada más.

Eso es bueno, es bueno tener finalmente una esposa.

Sólo que la familia podría ser un pequeño problema.

Ambos tendrán que sufrir un poco para mejorar su vida.

De hecho, no tenía miedo a nada, pensó, y si Liu Juan era lista, también podría llevarla a trabajar.

Xie Yan cortó la leña y la amontonó para que su esposa tuviera leña que utilizar cuando él no estuviera en casa.

Todavía quedaba bastante de la tala de ayer, no había mucha leña, así que cuando tenía vacaciones, se iba al monte a cortar leña.

Los dos se afanaron en la cocina y en unos instantes la comida estuvo lista.

Después de comer en el patio, los dos siguieron leyendo.

Después de leer un rato, Xie Yan miró a su esposa seria y le tendió la mano: "esposa, tengo algo que decirte ......"

Tao Zhi parpadeó: "¿Qué pasa?".

Este tipo rara vez es tan serio, ¿qué está pasando aquí?

Los finos labios de Xie Yan se fruncieron: "Los libros que ...... me compraste la última vez los perdí accidentalmente, uno de ellos no está".

Él no quería que su esposa se preocupara, aunque él Xie Yan no será intimidado, pero esto salió a la luz, si se dijo que lo rompió un colega, sin duda se preocupará por él.

Así que se limitó a decir que lo había perdido, aunque la excusa le pareció muy mala.

Tao Zhi sonrió ante eso, "Pensé que era un gran problema, está bien, iré a Ciudad An la próxima vez y echaré un vistazo, y te compraré algunos libros más si los consigo."

Este tipo debió de prestárselo a otra persona que luego se lo perdió, así que utilizó esa excusa.

Todavía tenía algunos en su espacio, así que sería fácil dárselos.

Xie Yan extendió la mano y la abrazó, "Gracias mi esposa".

Olió su fragante aroma, sintió que su esposa se había vuelto recientemente blanca y tierna, de hecho era blanca y tierna, igual que aquella muñequita de ginseng.

Xie Yan le dio un mordisco en el hombro y lo lamió suavemente, Tao Zhi se estremeció y se apresuró a empujarle, "Xie Xiaoyan, tú ...... eres un hombre, no un perro".

Xie Yan la sostuvo sentada en su regazo, y pudo tomarla en brazos con un suave movimiento.

Tao Zhi se sentó en su regazo, con la espalda apoyada en la mesa, frente a él: "¿Qué haces?".

Xie Yan se acercó para besarla, "Tao Zhi, esposa......"

Su magnética voz cayó en sus oídos, y Tao Zhi se sintió ablandada por la burla.

Se levantó enseguida y la llevó a la cama junto a él.

Xie Yan alargó la mano para desabrocharse las mangas y dejar las manos completamente libres: "La luna brilla maravillosamente esta noche, ¿por qué no hacemos algo que alegre un poco?".

Antes de que Tao Zhi pudiera reaccionar, ella estaba en sus garras.

Sus manos la apretaban y ella no podía forcejear en absoluto.

Sus movimientos eran mucho más suaves ahora, no tan brutales como antes.

Se arrodilló sobre la cama con sus largas piernas, sus ojos fijos en ella mientras sus labios se acercaban cada vez más.

Sus besos cayeron sobre sus mejillas en pequeños incrementos, y aunque había pasado tanto tiempo, Tao Zhi seguía siendo tímida, sus manos empujando contra él.

Las comisuras de la boca de Xie Yan se levantaron ligeramente, "Mi esposa es tan bonita".

¡Iba a convertir a su esposa en gordita y blanca!

Tao Zhi miró fijamente al hombre de ojos estrellados que tenía delante, sus ojos impresos de sí misma, encantadores y llenos de ternura.

Ella extendió la mano y enganchó sus brazos alrededor de su cuello, "Buenas noches Xie Yan ......"