Renacimiento en los 70s

Capítulo 122

Puso el viejo estropajo en el cuenco para mojarlo en el agua y volvió a sacarlo para seguir fregando la bicicleta.

Tao Zhi se puso en cuclillas a su lado, "Xie Yan"

"¿Hmm?" Xie Yan lavó muy bien la bicicleta, su expresión era seria.

Tao Zhi percibió la infelicidad de alguien, sonrió y le tiró de la pernera del pantalón: "¿Enfadado?".

Llegaba tarde, este tipo no podía estar realmente enfadado, ¿verdad?

Dijo que volvería por la mañana, y esto pareció llevarle mucho tiempo.

Xie Yan negó con la cabeza: "No, por qué estaría enfadado".

Siguió limpiando la bicicleta, casi impecable.

"De acuerdo, volveré y me daré una ducha entonces". Tao Zhi se levantó, era bueno que no estuviera enfadado.

Acababa de dirigirse a la puerta cuando Xie Yan tomó el agua y la vertió en el río con un gran estruendo.

Taozhi giró la cabeza para mirarlo, este tipo...

Sólo para verle empujar su bicicleta hacia la casa, sin detenerse ni un momento al llegar a ella, empujándola inmediatamente a través de la puerta, aparcándola, tirando de la toalla que colgaba de la cuerda y entrando en la habitación contigua.

Taozhi: "......"

¿Quién dice que los hombres no necesitan persuasión?

Este es aún más difícil de engatusar que una chica.

Tao Zhi fue primero a su habitación para ducharse y cambiarse de ropa antes de ir a la puerta de al lado a ver cómo estaba su marido.

Empujó la puerta y lo vio jugueteando con sus herramientas.

No había estado aquí desde hacía tres días y se encontró con que el interior había sido transformado por él, y parecía bastante complicado.

"Xie Yan." Tao Zhi tenía puesto su vestidito blanco y se acercó a él: "Xie Yan, tengo hambre".

Xie Yan tampoco podía estudiar tranquilamente, y había estado esperando a que ella se acercara a él.

Por el momento ella vino, pero él estaba un poco abrumado.

Xie Yan se quedó en silencio y giró la cabeza para ver una escena de sangrado de nariz, su pequeño vestido era hermoso, por lo que se inclinó para mirarlo, podía ver su ...... propio amor.

Tao Zhi aún le miraba con cara inocente, le rodeó con los brazos y se sentó en su regazo: "Xie Yan, tengo hambre".

Xie Yan extendió la mano y la abrazó, sus gruesos brazos apretando su cintura, su voz baja: "Tao Zhi".

Tao Zhi le echó los brazos al cuello: "¿Qué pasa?".

Los ojos de Xie Yan brillaron ligeramente, "Tú empezaste".

Se levantó con ella en brazos, Tao Zhi estaba confusa, pero Xie Yan cerró la puerta y la inmovilizó contra el panel de la puerta.

Tao Zhi tragó saliva y le miró con los ojos muy abiertos: "Tú no quieres estar aquí ......".

Xie Yan la besó, "Hay una recompensa por adivinar correctamente".

La recompensa era ......

¿No tiene hambre?

Entonces que se llene.

¡¡¡Que sepa que es un hombre con el que no es muy fácil hablar!!!

¡Lo dejaré solo por unos días!.

¡Qué cabreo!

Taozhi no sabía cómo había vuelto a su habitación anoche, de todos modos, fue bastante emocionante.

¡¡¡Mierda!!!

Todavía estaba jugando con algo de electricidad en aquella habitación, y aún tenía marcas de quemaduras en las manos, y le había puesto la cintura negra enseguida.

Si la hubiera limpiado mientras ella dormía, se habría despertado y le habría hecho fregar los platos durante tres meses.

Taozhi recogió el vestidito del suelo y se quedó boquiabierta al ver que el cuello estaba rasgado.

¡Maldición!

Era su vestido favorito.

Tao Zhi se puso los pantalones de vestir y cuando salió vio a Xie Yan secando pepinillos.

Se acercó y se sentó en el banco de piedra: "¿De dónde has sacado los pepinillos?".

Xie Yan dijo: "Los intercambié con la tía Gu".

"¿Hmm? Es tan tacaña, ¿cómo los conseguiste a cambio?". Tao Zhi se sorprendió.

Esa mujer era famosa por ser la tacaña número uno del pueblo.

"Me dijo que un reloj de bolsillo que había dejado su padre estaba roto y me pidió que lo arreglara, y cuando lo hice, me dio un puñado de pepinillos".