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Corrí,
corrí sin parar, ni para mirar atrás.
Corrí sin importarme las miradas que se fijaban en mí, ni siquiera me molestaba las palabras groseras de aquéllas personas que apartaba de mi camino con empujones.
Corrí hasta que mis pulmones empezaron arder debido a la falta de aire.

Cuando decidí parar agradecí haber acabado en una plaza pequeña y deshabitada. Mis piernas empezaron a temblar por lo que anduve hasta uno de los viejos bancos de madera para sentarme.
Respiré profundo intentando normalizar mi respiración.
Con ayuda de la mano me limpio los restos de lágrimas y caigo en la cuenta que sigo sujetando con fuerza la carta.

¿Cómo podía ser tan tonta? Aún no me creo que me haya derrumbado de esta forma, y mas delante de todo el mundo.

La cabeza esta apunto de estallarme, y la boca del estómago me arde.
Quiero desaparecer ahora mismo, esconderme bajo las sábanas de mi cama y dejar que las cosas pasarán de largo. Aún no estaba preparada para afrontar nada por mucho que fingiera.

- ¿____?

Me estremecí al escuchar esa voz llamándome. No hizo falta que me girara para descubrir quién era. Escuché como sus pasos cada vez estaban más cercas, por lo que enterré mis cabeza entre mis piernas y me abrace a mi misma.
No tenía ninguna intención de que nadie y menos Zayn, me vieran en estas condiciones.

-¿_____? - volvió a llamarme - ¿sabes que has dejado un rastro de italianos cabreados?

Sorprendentemente su comentario provocó una débil sonrisa en mis labios, pero aún así, no descubrí mi cara.
Después de su comentario, ninguno de los dos volvió a decir nada, quedándonos en un silencio cómodo.
Mi respiración volvió a su ritmo normal, y aunque el dolor de estómago había desaparecido, las punzadas en mi cabeza persistían.

- No te voy a preguntar cómo estas, porque es obvio pero quiero que sepas que si necesitas hablar o desahogarte puedes hacerlo.... o puedo llamar a Tina.

Escuchar esas palabras en boca de Zayn hicieron que las lágrimas volvieran aparecer nuevamente. No quería que me viera así y mucho menos contarle la historia de como todas las personas que llegan a mi vida, resultan heridas.

Noto como su mano acaricia mi hombro, y eso me hace sentir más débil por lo que por impulso, aparto su mano de mí.

- No necesito tu ayuda

Aunque quise sonar normal, el tono de mi voz fue desagradable por lo que me sentí mal en el momento en que lo dije.

- De verdad que eres un encanto - contesto con ironía- además no estoy aquí por ti, lo estoy porque me ha obligado Tina.

Por primera vez levanto la cabeza y dirijo una mirada fría hacía Zayn.
Está bien que le importe poco, pero no iba a permitir que me lo restregara.

- Pues vete, ya has cumplido

Escupí cada palabra mientras que me encendía un cigarro.

- Mírame a los ojos y dime que me vaya.

Levante poco a poco los ojos del suelo, primero observe su postura relajada, su expresión calmada y por último, mis ojos chocaron con los suyos.
Podía observar ese color pardo de sus cojos perfectamente.

- Vete

Me sorprendí a mi misma de lo firme que había sonado mi voz.
Zayn me contempló durante unos segundos y comenzó a reír.

- Vaya vaya, cuando creí que te conocía voy y me sorprendo a ver que en realidad eres una cobarde.

Cuando analice cada palabra de Zayn, la rabia me inundó completamente. No podía creer lo insensible y capullo que estaba siendo.
Lo volví a mirar aún incrédula ante su comentario.

Cabina 131 (Zayn Malik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora