A la mañana siguiente me levanto con un dolor de cabeza que duele como perras y al mismo tiempo impresionada, no tuve esas putas pesadillas de siempre, creo que le daré unas muy buenas noticias a Cleo, es mi psicóloga, se llama Cleo Philips. Es muy buena en lo suyo y se que estará feliz por mi mejora
Luego de prepararme salgo del departamento y voy directo al trabajo...
Al bajar del autobús, unas cuadras antes de: He Coffee House of Lucy. Una cafetería que está a cinco manzanas de la Uni, así que no se me hace tan lejos ir luego a la escuela. Trabajo de lunes a jueves y el domingo por la tarde, el viernes es mi día de descanso y el sábado es el día en que mi jefa Lucy Lowell se va a Brooklyn, para ver a sus nietos gemelos: Derek y Damon James Lowell, son unos hermosos y traviesos niños de 10 años...
Al llegar a la entrada de la cafetería donde un cartel de madera de roble rezaba con grandes letras: «He Coffee House of Lucy», dando la bienvenida a las personas que pasaban por aquella calle e incitándoles a que entraran por las maravillas que allí se preparaban cada mañana...
Al abrir la gran puerta de cristal, el aroma a café recién hecho, a pan relleno, tarta de manzana y otros olores se colaron por mis fosas nasales, abriéndome el apetito inmediatamente...
En la barra estaba David Swan, tomando los pedidos de algunos clientes y los que Leyla Crowell le pasaba de los que ocupaban las mesas del local.
-Buenos días, chicos- Saludo a los dos, que se me quedan mirando anonadados por mi sonrisa nada forzada que borraba cualquier rastro de la chica triste que conocían...
No les culpo, hasta yo me he sorprendido sonriendo sin ninguna razón, en estos últimos días...-Megan, cariño llegas justo a tiempo. La señora Lowell te necesita atrás- Dice David mientras toca la campana para que Leyla tome el plato que este colocó en la barra...
-Vale...- Contesto y me giro brevemente hacia Leyla-...enseguida vuelvo, se acabaron las vueltas por todo el local
-Gracias- Dice soltando un suspiro de alivio...
Paso por una pequeña abertura que tiene la barra y me adentro en la parte de atrás pasando por unas pequeñas puertesuelas que dan a una cocina en la que una señora de 53 años ataviada con un delantal con un muñeco con forma de galleta con chispas de chocolates decía: «Welcome by One World of Delight», estaba cubierto de harina y glaciado. En este local también hacíamos repostería, algunos de nuestros clientes son adictos a los postres y otros son menores que asisten con sus padres...
Al percatarse de mi presencia, gira su cabeza dedicándome una mirada desesperada y señalándome las cajas de refresco que estaban apiladas en medio de la puerta trasera...
¡Joder!, ¿Tomas no pudo colocarlas en su sitio ayer?...
Su hijo Tomas Lowell, trabaja con su madre en la cocina y es el encargado de la administración del local. Es bueno en su trabajo, pero tiene problemas con la bebida últimamente, y como el día de hoy, llega tarde a menudo o se ausenta, dejando su pobre madre sola, revoloteando por toda la cocina, haciendo sus tareas y las de él...
Lo sé es injusto y más con una persona mayor, pero yo no me puedo inmiscuir en sus vidas, solo puedo ayudarla en lo que pueda, porque ella me recivió con los brazos abiertos cuando necesitaba encontrar trabajo, a los 18, luego de empezar en la Uni en el primer año...Tomo en mis manos la caja de arriba y la llevo al almacén...Cuando todas las cajas están organizadas en su lugar, regreso a la cocina
-Muchas gracias, cariño, Tomy tuvo un problema que resolver con la renta del local y no las pudo colocar en el almacén...- Dice mientras me tiende una cuchara con chocolate-...¿probarías esto?
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En la oscuridad florecerá el amor
Genç KurguEsta es la historia de una chica de 20 años llamada Megan Becker, es de Queens uno de los distritos metropolitanos de New York City, Estados Unidos y se mudó a Manhattan para ir a la Universidad. Tuvo una adolescencia devastadora ya que su madre mur...