EMMA: Hija mía, he esperado tu llamada todo el fin de semana, ¿Cómo la están pasando?
Desapareces de mi campo de visión, sigo buscando una película en el televisor, todavía sin mucho éxito. Escucho tu risa, sonrío. Este momento de cortinas arriba, ventanas abiertas y calma me da la sensación de último día de primavera, el cuerpo agotado, pero contento. Me pierdo en mi cabeza, sigo pulsando botones solo por inercia.
EMMA: ¿Quieres ir por un postre?
SARAH: ¿Ahora?
EMMA: Sí, por supuesto, ahora.
SARAH: Estoy muy cómoda aquí ahora.
EMMA: ¿Quieres que te traiga algo?
SARAH: Lo que quieras.
EMMA: Está bien.
Vuelves a irte y sigo en lo mío. Cambio de aplicación. A la media hora vuelves, estaba escuchando música, bebiendo una copa de vino tinto. Entraste a casa bailando, me invitaste a seguirte hasta que terminó la canción.
SARAH: Nunca voy a aburrirme contigo.
Otra canción empieza y vamos a la cocina para ver qué has traído.
EMMA: Pastel de chocolate, infaltable.
Vamos hacia los sofás, terminamos con todo en cuestión de minutos mientras me cuentas tus historias de camino y regreso de la pastelería.
EMMA: El Jueves viene a casa una amiga muy querida, ella no vive aquí. Viene porque quiere asistir a una exposición, no recuerdo la artista, creo que la conocemos pero estoy tan desconectada... ¿Quieres venir?
SARAH: ¿Tu amiga también es artista?
Aunque se planteó como pregunta, se estableció como argumento.
EMMA: Estudiamos juntas en la universidad, sí. Era mi compañera de cuarto. Fueron años importantísimos para ambas. La primera exposición que hicimos fue en grupo, luego ella tuvo unas más en esa época, exploraba en público, le gustaba estar en campo minado, a mí no, siempre he sido más vulnerable.
SARAH: No me habías contado de tus exposiciones.
EMMA: No es algo que haga con frecuencia, ya me ves... Luego de la primera, ayudé a Holland con la producción y curadería de sus siguientes muestras, siempre detrás. Hasta años después, conocí a Greg, me puse a esculpir como nunca en el enamoramiento, hice un evento muy privado en casa de mi madre... y como a él le gustaba también, era algo que hacíamos en equipo. Luego quedé embarazada, armamos la exposición en una galería frente al mar...
SARAH: ¿Juntos?
EMMA: Sí, fue hermoso, celebramos la llegada de Gaia y a los dos días nació. Greg se hizo cargo de las visitas guiadas mientras yo cuidaba a la bebé, estuve para el cierre también. Luego él se inspiró, lo ayudé en la curandería de sus siguientes exposiciones.
SARAH: Eso haces, ¿no?
EMMA: Es mi ansiedad social, seguramente. Me siento extraña siendo agasajada. Prefiero estar detrás.
SARAH: Tus obras son preciosas, es natural lo que generan.
EMMA: Sí, seguramente, pero todavía no sé manejarlo, creo que ya es tarde de todas maneras.
SARAH: Deberías mostrar lo que has estado trabajando.
EMMA: Hay una revista que las muestra, no podría exponerlas... además no lo necesito, no necesito visibilidad, lo hago por placer.
SARAH: Por favor, por favor, por favor-
Te ríes.
SARAH: Por favor, por favor, por favor.
Tu cara cambió, apretaste la boca y exhalaste duramente.
EMMA: Voy a publicar un libro, no puedo hacerlo todo al mismo tiempo, Sarah.
Silencio.
EMMA: Es difícil para mí, lo siento. Apenas puedo manejar muy torpemente un evento así de personal. He estado practicando con el club de escritura, mucho tiempo, por eso me siento medianamente más segura.
SARAH: Lo siento, no quería molestarte.
EMMA: No, no, no es para tanto, corazón, es solo que me pone muy nerviosa y estoy segura que tendré la misma conversación todo el fin de semana.
SARAH: Entonces cambiemos de tema.
Pasas uno de tus dedos en el plato de torta que ahora no existe y te lo llevas a la boca.
EMMA: Quedó chico.
SARAH: ¿Quieres vino?
EMMA: Me haces mal, mírame, ¿luego cómo lo quemo?
SARAH: Estás estupenda, Emma, no seas tan modesta.
Te doy un beso y tú sonríes, me voy a poner de pie pero me jalas de regreso para besarme otra vez. Lentamente. Me tientas con el aliento en los labios, jugando con nuestras narices. Todo el tiempo del mundo pasa alrededor, nos rodean amaneceres, estaciones. No me he dado cuenta y seguimos así, sumergidas en nuestro propio reloj.
EMMA: Me siento como una adolescente.
SARAH: ¿Tú también?
EMMA: ¿Ah, si? Que bueno no ser la única.
SARAH: Déjame traer el vino.
EMMA: No...
Te ríes.
EMMA: ¿Vendrás el Jueves conmigo?
SARAH: Sí.
EMMA: Quiero que conozcas a Holland. Holland Taylor. Gran artista.
SARAH: Ya tengo a mi favorita.
EMMA: Ay, ya. Anda por tu copa.
SARAH: ¿Quieres tú?
EMMA: Está bien, muy poquito.
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NO ES CASUALIDAD (Emma Thompson, Sarah Paulson)
FanfictionLuego de un pequeño accidente en una de las calles de ningún lado en especial, Sarah empieza a recopilar las memorias que comparte con Emma para adentrarnos en su universo, su pequeño mundo.