13. Andalucía

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Te veo entretenida, conversando de lo más entusiasmada. El lugar es precioso, minimalista, al entrar tiene impreso en vinil el nombre de la exposición: Andalucía. Las obras vibran sobre todo el blanco, saturan de disruptivas, muy violentamente se hacen notables. Decido darme una vuelta antes de darte el encuentro. Estás rodeada de varias personas, todos escuchándote. Te oigo hablar sobre la Capilla Rothko, la única vez que fuiste y prometiste no volver porque era exhaustiva emocionalmente, que no podías dejar de llorar a la hora de mantenerte dentro en completo silencio. Luego haces bromas sobre ti misma, parece que todos te conocen porque te sale muy natural y eres el centro de atención todavía. Me detengo frente a una obra sin nombre, acuática, fucsia, verde, rojo... como sangre muerta. Me quedo mirando el movimiento que generan las curvas y los difuminados. Es precioso y triste, y cuando me doy cuenta ya no te escucho. Te busco y ahí estás, sola al lado de las bebidas.

SARAH: Buenas noches, Emma. 

EMMA: ¡Sarah! Iba a escribirte.

SARAH: Llevo un rato aquí.

EMMA: ¿De verdad? No te he visto.

SARAH: Te daba tu espacio. ¿Los conoces a todos? 

EMMA: A esos. 

Los señalas con desinterés.

EMMA: De la clase que compartíamos con Holland. Ven, quiero que la conozcas. 

Me tomas del brazo, un contacto extraño, puramente material. Esa mujer rubia, que ya había visto en el grupo cuando llegué nos mira y te hace una seña con la mano. 

HOLLAND: Le decía, Emma, a Santiago, que cuando nos conocimos tú eras una niña, tomaste mis cursos todos los años, por eso él te conoció luego. ¿Fue así?

EMMA: Aquí está Sarah, mi compañera. 

HOLLAND: Mucho gusto, Sarah. Que guapa eres. 

SARAH: Grac-

HOLLAND: Vaya... que agradable es verte. 

EMMA: Basta, Holland. 

HOLLAND: ¿Están juntas? ¿Eso dices? 

Te miro en búsqueda de la misma pregunta. Tú pareces confundida. Holland me vuelve a mirar cuando regreso a ella.

HOLLAND: ¿Qué pasa, cariño? ¿O les ha comido la lengua el ratón?

EMMA: Estamos saliendo. 

HOLLAND: Me da mucho gusto, Em. 

Sonríe y te da unas palmadas en la espalda. 

HOLLAND: Pero no es nada serio. ¿Verdad? Quizás puedo enseñarle el lugar en lo que te pones al día con tus amigos. 

Estoy confundida. Te miro y me coges la mano. 

EMMA: ¿Qué estás diciendo? 

HOLLAND: Estoy bromeando... 

Vuelve a mí.

HOLLAND: Me llamo Holland, no creo que esta mujer me haya mencionado siquiera. 

SARAH: Encantada. 

EMMA: No seas cortés con ella. 

HOLLAND: Eres mala, Thompson. 

Se ríe y vuelve a introducirse a la conversación con el grupo. 

EMMA: Perdón, ha salido peor de lo que creía.

SARAH: Me agrada. 

EMMA: ¿En serio? 

SARAH: Es tu amiga, ¿no? 

NO ES CASUALIDAD (Emma Thompson, Sarah Paulson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora