21. Final

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EMMA: ¡Ahhhh!

Gritas de espanto, feliz, reluciente mientras todos aplaudimos. Te acercas a mí muy conmovida, te beso las mejillas, se acerca Tindy que hasta hace 4 horas parecía imposible que llegara. Me hago a un lado y miro a Holland, que está de pie, alejada. Todos tus amigos empiezan a acercarse, voy a darle el alcance a ella. 

HOLLAND: Se lo está disfrutando, eso es nuevo. 

SARAH: Como tiene que ser. 

HOLLAND: Tu hiciste la comida, me dijo Stephen. 

SARAH: Sí, ¿Qué te parece? 

HOLLAND: Riquísimo. 

SARAH: Que bien. 

Vuelvo a mirarte. Tú me estabas mirando no sé decir hace cuanto, te sonrío. 

SARAH: Voy a...

HOLLAND: Sarah. 

Me toma de la mano y la suelto de inmediato.

SARAH: ¿Sí? 

HOLLAND: No sé cómo decirlo... creo que solo voy a hacerlo. No calculas en cuántos niveles estas ganas de besarte me están haciendo temblar esta noche. 

SARAH: No...

HOLLAND: Lo siento. 

Susurra muy cerca de mi cara y vuelvo a mirarte de lejos y parece que alguien te ha llamado la atención y pareces concentrada. Holland se apresura en entrar a la casa y la sigo. 

SARAH: Espera, Holland. 

HOLLAND: Me tengo que ir, por favor, ofrécele mis felicitaciones a Emma, la quiero tanto. 

SARAH: Quédate, por favor. 

HOLLAND: No puedo. No puedo, esto se me puede salir de las manos, no puedo controlarlo. Mira. 

Extiende sus manos temblando ligeramente. 

HOLLAND: Creerás que es una locura, pero... Perdóname. 

Empieza a andar nuevamente.

SARAH: Te acompaño. 

HOLLAND: No es necesario, que amable. 

Caminamos hacia la puerta y salimos de la casa. 

HOLLAND: Ya en dos días vuelvo a Francia, me apena no poder despedirme de mi amiga pero no es correcto en esta situación, ¿verdad? 

SARAH: Me ha dado mucho gusto conocerte. 

HOLLAND: No lo sé, en serio, mil disculpas por todo. 

SARAH: No tienes que hacer esto. 

Le tomo la mano. 

SARAH: Lo atesoro con mucho cariño. 

Holland sonríe intentando ser convincente y casi lo logra, le sonrío de vuelta. 

HOLLAND: Adiós, Sarah, eres un ángel caído del cielo. Soy muy afortunada por haberte conocido. 

Nos miramos en silencio, intento mantenerme firme en sus ojos hasta que se apartara, pero no parecía ser pronto y mi fuerza de voluntad no es que quisiera lo contrario. Quiero terminar con la conversación, gesticular las palabras Adiós, buen viaje, igualmente, buenas noches, pero mi cuerpo se asoma al suyo y mi boca la besa. Siento sus manos en mis mejillas y yo la abrazo. Dura, me parece, un minúsculo momento, nos alejamos, no decimos nada, toco la manija de la puerta para sostenerme, con una sonrisa en la cara y ella también, me despido con la mano y cierro la puerta apenas ingreso a casa. 

NO ES CASUALIDAD (Emma Thompson, Sarah Paulson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora