(T/n) Aland Jasmine y Lyn Aland Jasmine dos hermanos provenientes de México, llegaron un día a la cafetería LycoReco y quedaron al cuidado de Mika. Desde ahí comenzaron a trabajar ahí, también ayudan a la agencia de Lycoris, pero normalmente trabaja...
Una noticia se hizo presente en Japón hace un año, la noticia consistía en qué una guerra habia ocurrido entre los miembros de la familias más importantes de los Yakusa. Un total 10,000 muertos dejo aquel enfrentamiento.
La policía no tiene indicios de algún sobreviviente por parte de los Yakusa y tampoco que fué el detonante de esta cruel guerra. El gobierno de Japón oculto los números exactos de las muertes para no crear terror en la ciudadanía.
Está noticia se desvaneció con el paso de los días aunque ninguno estaba preocupado por esos hombres, después de todo son personas que han hecho los peores actos en Japón aunque eso no les daba el derecho de elegir si vivían o morían.
Cierto grupo de gente apoyaba la idea que fueran asesinados, son monstruos y no seres humanos como para tenerles alguna compasión, otro grupo de gente no pensaba que fuera correcto asesinarlos de esa manera, debieron ser juzgados, pero es imposible que todo el mundo este de acuerdo y si lo hacen es simplemente que lo aceptan aún sin estar realmente de acuerdo.
Dos chicos de una edad de 7 y 6 años estaban caminando hacia su nuevo hogar o al menos eso es lo que esperan.
El de 7 años tenía el cabello a la altura de la frente de color negro, sus ojos eran cafés, su piel era morena en un tono claro y Portaba una playera blanca, una sudadera azul, y un pantalón deportivo de color negro.
El de 6 años tenía el cabello castaño y uno de sus mechones tapaba su ojo izquierdo, sus ojos eran de color azul, su piel era blanca y portaba una playera de manga larga de color gris, y un pantalón blanco.
El chico más pequeño cargaba en su espalda una mochila y el más grande traía una maleta agarrada en cada mano.
Ambos finalmente llegaron al lugar. Una cafetería llamada Café LycoReco.
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– ¿Aquí es hermano? –.
El más chico le pregunto al más grande.
– Si, aquí es o al menos eso fué lo que me dijeron ayer por teléfono –.
El más chico miró a su hermano mayor con una mirada en blanco.
– No verificaste la información –.
– Uh. . . Mejor entremos así comprobaremos si este es el lugar correcto –.
– Está bien, pero si nos matan será tu culpa –.
La cafetería aún no abría así que abrió la puerta lentamente asegurándose que nadie esperaba detrás de ella.
– ¿Por qué está abierta? –.
– Supongo que habrán salido –.
El hermano mayor miró la parte superior de la puerta viendo una campana.
– Ok aún no hacemos sonar la campana y tenemos una complexión perfecta para entrar sin hacerla sonar –.
