My Baby girl And Daddy

Capítulo 35

— ¿Hola? -dije-

— Cole despertó hace cinco horas y no estuviste aquí.

— ¿Quién habla? -pregunté confundida y haciendo memoria-

— No actúes cómo si no me reconocieras.

Aquella voz me sonó muy conocida... finalmente recordé de quién era.

— ¿Vivienne? -pregunté-

Taylor me jaló delicadamente del brazo para llevarme fuera del ascensor, luego nos dirigimos a su auto mientras seguía en aquella llamada con Vivienne.

— Así es. No me gusta criticar a otras mujeres y mucho menos a una que recién acabo de conocer pero, eres muy mala novia. El pobre de mi hermanito preguntó por ti apenas abrió los ojos. ¿Y que le respondí? Tuve que mentirle. No podía decirle que su novia se había ido con un tipo en medio de la noche y que ni siquiera se despidió. -me reclamó-

— Vivienne. -dije firme- Cole y yo nos somos novios desde hace un tiempo. Simplemente-

Dejé de hablar por un segundo ya que estaba subiendo al auto junto con Taylor, él sólo me observaba de vez en cuando. Luego continúe hablando.

— Simplemente fui porqué le debo mucho a él. -expliqué- No era mi deber quedarme allí, por eso me fui. Ahora que sé que despertó, iré a visitarlo mañana, tal vez. -comente de una forma tranquila y madura-

— ¿Tal vez? -dijo con un comportamiento algo grosero- Mi hermanito mayor no merece un "tal vez". -ella iba a continuar hablando pero la interrumpí-

— Vivienne. Tal vez nos veamos, mañana. Tengo cosas que hacer, nos vemos, posiblemente. -me despedí y corté la llamada-

Taylor manejaba sin dirigirme la mirada, se le veía tranquilo y cómo si no le importara la llamada que tuve, pero, sentí la necesidad de contarle todo.

— Era Vivienne. -comenté y él me observó con una sonrisa burlona-

— ¿Ah si? -preguntó con una intriga algo falsa-

— Si, Cole despertó hace cinco horas. -agregué-

— ¿Te llevo? -me preguntó-

— ¿Que? Claro que no. Iré mañana. -dije decidida-

— ¿Segura? -me preguntó dudoso-

— Al cien por ciento. Quiero divertirme un poco hoy. -comenté-

— Eso harás. Ya casi llegamos. -notificó y yo asentí-

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— ¡Hey! -saludó un amigo de Taylor-

— ¡Hey, amigo! -saludó otro-

— ¿Que tal? -saludó Taylor con una media sonrisa-

— Hola. -saludé amablemente-

— ¡Oh por dios! -exclamó una castaña-

— ¡Eres preciosa! -exclamó una pelinegra-

— Hey, chicas. Ella es Michelle. -me presentó Taylor-

— Hey. -saludé-

— De todas las chicas con las que salías... ella es la más bonita, Tay. -dijo la pelinegra-

— ¡Hey! -dijo la castaña y yo la miré confundida- Oh, lo siento nena. Antes salíamos, pero quedó en el pasado.

— Oh, está bien. Da igual. -dije-