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Veinte minutos habrían pasado de las diez en punto, el taxi estaba llegando a los barrios privados de gente millonaria y empresarios. Suspiró profundo al bajar del auto y subir algunas escaleras para tocar el timbre de la gran mansión.

Dos timbres y nada…

Suspiró. Estaba a punto de irse caminando y triste por su irresponsabilidad, cuando la gran puerta negra, fue abierta.

—¡Hola! Oh lo lamento tanto, no sé cuanto esperaste pero…el maldito timbre, no funciona— rió la señora pelinegra, Louis la miró con los ojos algo abiertos. —Por favor, pasa, recién acabo de terminar mi maleta, soy algo despistada como verás. Mi esposo te contactó, eso me ha dicho— dijo haciéndose a un lado, Louis entrando con cuidado. —¿Estás hace rato esperándome? Hubieses pasado…— dijo apenada guiándolo a la cocina.

—Oh, n-no…bu-bueno, para nada, solo…también tuve retrasos para ser sincero…no me fijé en la hora, disculpe señora…— se sinceró por completo.

—Ah tranquilo, un mal día lo tenemos todos— dijo llevando algunos vasos al lavavajillas. —Bueno, mi nombre es Anne, no me digas señora, me hace sentir destruida— sonrió limpiando algunas manchas por su cuenta, un cosquilleo recorrió el vientre de Louis. —¿Cuál es tu nombre?—

Entró en pánico.

Anne había estado en la fiesta de Harry y su esposa, totalmente feliz por su hijo…seguramente ella apoyaba a Harry en todo como siempre, ¿y si le decía su nombre y ella lo recordaba? Anne es muy buena pero…las personas cambian mucho. Quizás podría verlo como una amenaza en busca de una inexistente “venganza” hacia Harry, pero, ¿qué podía hacer? Necesitaba el dinero realmente para mantenerse también.

—M-mi nombre es William—  forzó su voz.

—Oh, okey William…bueno, podríamos empezar con el recorrido— sonrió feliz.

El recorrido fue bastante corto, la casa era enorme pero igualmente le enseñó algunas cosas que debían ser acomodadas y otras limpias para cuando vuelva.

—Bueno, las habitaciones están arriba, no hay nada que limpiar, no suelo contratar gente de limpieza, siempre me encargo yo de eso— dijo orgullosa. —Lo que debo decirte…es que mi cachorro, Axel, está durmiendo en su habitación, su niñera se enfermó y no puede venir por hoy, tiene comida para el almuerzo en el horno y no te preocupes por él, su hermano mayor vendrá a cuidarlo más tarde, también estoy segura que no te causará problemas, mi niño no es muy apegado a lo desconocido— sonrió pensando en su bebé.

—Aahm…está bien, no se preocupe, lo cuidaré mientras llega su…— “su he-hermano…¿¡su hermano!?”

—Su hermano, su nombre es Harry, alfa, alto, guapo— alzó las cejas y louis se sonrojó como un tomate por debajo de sus vendas. —Bueno, tampoco te preocupes por Harry, ya es un alfa grande y no te molestará tampoco— dijo despreocupada y el ojiazul intentó calmarse.

—E-está bien, no se preocupe, terminaré mi limpieza, el cuidado del cachorro y…me retiraré— sonrió y la omega solo asintió.

—Está bien, justamente ya te he depositado a tu cuenta bancaria, todo está pago— avisó.

11:00 a.m.

Anne ya se había retirado hacia su vuelo importante junto con su pareja, James. En ese tiempo también, había recibido mensajes de su jefe de empleados. Diciéndole o mejor dicho, amenazándolo sutilmente, de que no robe, no haga daños a la propiedad ni mucho menos toque al cachorro de Anne o probablemente, se metería en grandes problemas con la compañía y con gente tan importante como los Corden-Twist. Realmente no debía fallar.

Sé quién eres (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora