Sé quién eres (L.S)

17

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Mes después. Julio.

Griterío por aquí, lloriqueos por allá, una tarde de fiesta de niños había acabado con mitad de betas a la orden.

Acababan de volver de un cumpleaños infantil de una niña de aproximadamente diez años, sin dudas nunca habían trabajado tanto como ahora, intentando manejar a muchos niños para subirlos a los juegos, limpiar los baños a cada rato, las mesas en las que se derramaba de vez en cuando algún tipo de refresco.

Niños sudados y otros llorando escandalosamente. Todos los betas, por más profesionales que fueran, se ponían histéricos con cada cachorro caprichoso con el que se cruzaban.

Mientras Ashton y algunos betas limpiaban, otros se encargaban de cuidar a los niños en el momento al que suben a los juegos.

Una niña se acercó a Louis mientras este acababa de limpiar las mesas y comenzó a mirarlo por mucho tiempo. -¿Q-qué necesitas?- preguntó con caballerosidad el beta.

-¡Me encantan tus ojos! ¿Podría pintarte tu yeso?- cuestionó refiriéndose a sus gasas en el rostro, apuntando hacia una mesa con acrílicos, el ojiazul solo miró la mesa toda sucia y dudó. -Vamos, por favor...- pidió tomando su mano y guiándolo -¡Selena, ven aquí!- gritó fuerte y el ojiazul solo sudó debajo de sus gasas.

-Cariño, no sé si sea buena idea...- dijo mirando a sus colegas y estos haciéndoles señas de que cumpla los caprichos de la cumpleañera.

-¿Qué dijiste?- cuestionó la niña con una corona en su cabeza.

-Ahm, nada- aseguró.

-Bien, porque quiero que seas una mariposa, ¿son bellas, verdad? Azul quedará perfecta, tus ojos son azules- mencionó y Louis asintió, el tono que manejaba esa niña daba miedo a cualquiera.

De todas formas, la pasó bien, después de todo, la joven princesa no era mala, sino autoritaria para su edad. Además, le encantaban los niños, no podría enojarse con alguno, le parecían adorables.

Sonreía mientras se dirigía al baño a quitarse su uniforme junto con los demás y de paso, cuidadosamente, cambiar sus gasas por unas nuevas.

Todos ya se dirigían a sus casas mientras aún era de día.

-Louis- llamó su jefe, él volteándose. -Me mandaron un mensaje para ti, toma. Te contrataron para mañana ir a limpiar y hacer servicio de niñero por dos días...si te interesa eso último, aún estoy a punto de cancelar por si no te sientes cómodo- mencionó mostrándole un mensaje de texto.

"Hola Nick. Si, he visto que todos están ocupados, por si quieres enviarme a algún trabajador de suma confianza que pueda limpiar y cuidar a mi hijo por lo que me voy de viaje con mi esposa. Serán unas horas únicamente"

Suma confianza.

-U-usted...¿co-confía en mi?- preguntó sin pensar.

El señor solo suspiró, quitando su faceta de hombre serio, estuvieron por un rato mirándose hasta que el mayor desistió, suspirando. -Si, Louis. Confío en ti- admitió y el ojiazul saltó en su lugar abrazando al beta. -Bien...bueno-

-¡Lo siento, lo siento! ¡gracias!- dijo feliz y el mayor le entregó un papel con todo lo correspondiente. -¡Gracias!-

-Puedes retirarte ya, Louis. Se te hará tarde-

-¡Ya me voy!- avisó empujando la puerta grande de cristal y largándose. -¡Ya estoy afuera!- mencionó feliz saludándolo, el beta solo rodó los ojos. -¡Adiós!-

Estaba extremadamente emocionado, su jefe no tenía solo confianza, sino ¡Suma confianza en él! Podría morir de felicidad ahora que le daban algunos trabajos exclusivos, su ego estaba alto. Realmente no le importaba su trabajo, sino que había logrado entrar en la confianza del señor Nick. Podría morir ahora y decir que fue muy feliz.

-¡Lottie!- mencionó llamándola, esta estaba cocinando detrás de la línea. -¿Te importa si me quedo a dormir en tu casa?- cuestionó caminando en dirección a la casa de su querida hermana.

-Claro que no Lou, puedes venir. ¿Ocurrió algo?- preguntó con su teléfono en su hombro mientras preparaba algo de salsa. Ya eran las 20:00hs pero aún así el sol se mantenía con vida, después de todo, era una cálida tarde de verano.

Louis desdobló el papel que le habían entregado.

"Familia importante, haces algo mal y te echo" decía la caligrafía prolija de su jefe en color rojo entre tantas indicaciones con tinta negra.

-Bueno, digamos que...conseguí un acenso- mintió el beta, después de todo ¿era una familia importante, verdad? La paga sería buena.

"Horario 10:00 a.m. Tareas: Limpiar sector de la cocina extremadamente bien, cocinar cualquier cosa que no contenga nueces ni arándanos para el cachorro. No dejarlo solo mucho tiempo. Al otro día: ordenar sector de biblioteca y cocinar para los dos turnos (almuerzo y cena) del niño. Familia importante, haces algo mal y te echo"

"Tan amoroso" pensó Louis aún perdido en la sonrisa de su jefe.

Comenzaba a parecer un loco enamorado, pero solo estaba orgulloso de si mismo.

.

Al otro día.

-No tengas hijos nunca, tío Lou- dijo la cachorra sentándose con un poco de dificultad en la silla, comenzando a comer su avena.

Louis sonrió. -¿Por qué?- cuestionó tomando un vaso de jugo.

-Porque eso significaría que...¡Yo no sería la única en tu vida!- exclamó frustrada como si el amor de Louis fuera lo más glorioso que tiene.

-Cariño, te seguiré queriendo aún así tenga muchos sobrinos más o incluso, hijos- sonrió acariciado su mejilla.

Lottie entró a la sala, dejando a su cachorro en su habitación, completamente dormido.

-¿De qué hablan ustedes dos?- cuestionó sentándose en la mesa, agotada.

-De que mi tío Lou es mío ahora, de ningún otro cachorro más- gruñó y ambos adultos se miraron entre sí para soltar carcajadas.

-Feli, no puedes obligar a las personas a hacer lo que tu quieres- reprochó la omega acomodando los pelitos rubios que tenía en la cara su niña mientras comía.

Louis sonrió y prendió su teléfono, eran casi las diez de la mañana y él debería estar yéndose a su nuevo empleo hace casi veinte minutos para llegar a tiempo. -¡La hora, Lottie, la hora!- gritó como si su hermana tuviera la culpa. -¡Dijiste que me avisarías! ¿¡D-dónde están mis-...!?-

-¿Tus auriculares? En la isla...además, yo dije que te despertaría, no que jugaría a papel de madre contigo- rodó los ojos.

-¡Hey! ¡A mi tío Lou no le vas a estar regañando!- reprochó la niña.

Louis rió nervioso mientras corría por toda la casa buscando sus cosas necesarias.

Lottie estaba regañando a su cachorra mientras Louis le dio un beso en la mejilla a ambas y se fue corriendo a tomar un taxi o autobús.

-¡Adiós, las amo!- gritó saliendo de la casa. -Ah y...vengan a cenar a casa, me siento algo solo allí- confesó apresurado y largándose, sin saber alguna respuesta concreta.

.

laik? 😔

Mar. TS