Sé quién eres (L.S)

33

He perdido quién solía ser.

El fin había llegado.

Estaba totalmente decidido, ¿qué podía hacer?

 .

Flashbacks.

—¡Doctor! El paciente 116 necesita calmantes, ¡ahora!— comunicó una beta preocupada, el alfa guardando enseguida una inyección en su bolsillo y yendo con rapidez a la sala.

—¡C-cariño, no!— gritó Anne intentando tomar los brazos de su hijo, aunque este ganándole en fuerza, intentando quitar las agujas injertadas en sus venas. No sabía quién era esa señora, necesitaba a su omega.

El lazo estaba quebrantándose. No estaba resistiendo el abandono de su omega.

Su lazo…

Sintió perder su razón, su cordura. No lograba contener el sentimiento de aflicción que lo sofocaba grandemente hasta tirar y pisotear todos sus sentimientos, todos sus pensamientos llegaban a la misma conclusión.

Morir.

Eso es lo que prefería antes de aceptar que su omega estaba rompiendo el lazo con él…justo ahora.

. [] .

Horas después.

—Dejaremos a su hijo por esta noche en observación. Por favor, esta vez necesitamos que esté solo en su habitación— comunicó el alfa. —Se despertó con mucha inquietud porque al parecer su parte racional se encuentra preocupado por su omega. No se preocupen, es normal cuando ocurren estos casos de enlazamiento y ocurre algún que otro accidente, por lo general el que despierta primero busca al otro con desespero— dijo saliendo de la habitación junto con Anne y James, estos asintiendo con el ceño fruncido.

¿Harry y Louis…enlazados?

 —Me encargaré de él mientras otro doctor se encarga de Louis— prometió. —Mientras tanto, preferiría que ningún omega se le acerque, podría entrar en pánico nuevamente al no encontrar a su pareja la próxima vez— dijo y la omega asintió con pena, su propio hijo no estaba aceptándola, solo quería a Louis cerca de él.

.

Los Styles llevaban casi cuarenta y ocho horas en el hospital esperando la respuesta de salud hacia menor de los Styles ante la nueva medicación recomendada por el doctor para calmar los nervios repentinos que sentía Harry.

—Anne…— llamó Des a la pelinegra, esta levantó el rostro con rapidez ante la ansia que la carcomía por dentro.

—¿Q-qué pasó? ¿qué tal está Louis?— preguntó levantándose de inmediato.