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──── ❝ GENIUS ❞ ────

nineteen¦marriage pt. 1.


     MIENTRAS VICTORIA LLEGABA al aeropuerto, Spencer sólo podía pensar en qué había llevado a su esposa a hacer un cambio de enfermera para su madre sabiendo la confianza que tenían sobre Cassie, pero dejándolo de lado para hablar con su madre luego de hacer que se sentara nuevamente.

La bomba ya había caído, él estaba en prisión y Diana ya lo había entendido. —Fuiste para allá por mí. —habló la mujer en referencia a que Spencer se encontraba en esa situación por su visita a México. —Porque yo boté el medicamento que tú y Vic querían que tomase. 

  —Mamá, hice lo que hice porque quise —refutó él, su mente de inmediato llevándolo a su última discusión con Vic respecto a ir o no a México, cómo ella lo intentó detener con muchísimos argumentos válidos y él los ignoró. —. Victoria intentó detenerme, pero yo huí. Me fui en la noche, mientras ella dormía porque sabía que lograría detenerse, sea con sus argumentos o tirándose encima mío y atándome a una silla de ser necesario.

Diana no pudo evitar la sonrisa que apareció en su rostro pues ambos conocían a Victoria lo suficiente ya para saber que era cierto, ella no hubiera dudado en atarlo de ser necesario.

  —Además, el medicamento se te habría acabado y Scratch habría estado esperando. Habría pasado lo mismo, pero habría tardado más. 

  —Lo siento mucho. 

  —Mamá, no es tu culpa.

  —No puedo creer que te pierda por esto, no así. —Spencer no dudó en tomar las manos de su madre para intentar calmarla, darle su apoyo. —Yo ya estaba empezando a asumir el Alzheimer, pero esto... ¿Cómo puedo dejarte aquí?

  —No me estás perdiendo y no estás dejándome aquí porque voy a salir —afirmó él otra vez. —. La BAU limpiará mi nombre. 

  —No hay tiempo. Pronto ya ni siquiera recordaré que eres mi hijo. No recordaré a Victoria y cómo me ha ayudado estos años. No recordaré que soy abuela. No recordaré que te quiero.

Se sintió como un balde de agua fría y mil espinas en el corazón para Spencer, la afirmación de uno de sus peores temores. 

  —El amor no es un recuerdo —argumentó él, su voz temblorosa por el dolor. —. Es mucho más que eso. Cuando me atraparon en México y Vic fue a la comisaría, mi mente era un desastre porque seguía drogado, pero sabía quién era. No estaba completamente seguro, pero el amor por ella estaba ahí, tan vivo como siempre. —Diana sonrió por oír a su hijo hablar del amor de su vida, como siempre hacía al oírlo. —¿Recuerdas cuando era niño y empezaste a tener episodios esquizofrénicos? 

  —Yo te asustaba.

  —Y me decías que a veces te confundías, pero que nunca... nunca dejarías de quererme, porque ese amor es más grande que una enfermedad del cerebro. Tú decías que el amor es... es una palabra propia que vive en el corazón, no en la cabeza. 

  —Lo recuerdo. —asintió ella. —Eran tan pequeño que no pensé que lo recordarías. 

  —Incluso si tú lo olvidas, yo no lo haré.

Una vez que subieron al avión, Victoria decidió hacer el mejor intento posible de dormir un poco más para poder estar despierta para lo que sea que estuviera por enfrentar. 

Y menos mal que lo hizo, pues apenas aterrizaron y encendió su teléfono viendo las llamadas perdidas de JJ, Emily y Fiona, solo se puso más nerviosa. 

GENIUS¦SPENCER REID.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora