Tres meses

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Tres meses después

La residencia donde me estaba quedando era mucho más grande que en las fotos. Incluso las instalaciones más grandes que la preparatoria.

En la habitación donde estaba era muy amplia tanto que cambiamos como cinco personas más y cada quien con una habitacion, en ella había tres chicas más. Una que estudiaba Psicología que ya iba un semestre más adelante que las demás. Otra de derecho que iba dos semestres más y por último una que estudiaba para ser directora de cine, la última también entró al mismo tiempo que yo.

Al principio me costó mucho adaptarme. Pues, había estado acostumbrada a otras cosas y a otras personas.

Había pasado tres meses desde que ya no veía a Zac, hablábamos por videollamada pero no era lo mismo.
El había logrado entrar a un equipo de la cuidad, que por cierto era uno de las grandes ligas. A pesar de no  aver cumplido su sueño de ir a la misma universidad que yo, el estaba logrando grandes cosas.

Mi libro había sido un éxito total. Claro que al principio no hubo muchas ventas, pero luego la gente empezó a conocer más mi trabajo y les gustó.
Salí de mi habitación para ir a la pequeña sala que teníamos para sentarme en un sillón individual. Allí estaban dos de las chicas.

—¿Que vas a hacer en estas dos semanas? —levante mi miras a hacia Shasha, la chica que estudia Psicología. La mire confundida —. Las dos semanas de vacaciones, Danae.

—Ah si, si. La verdad no se —dije.

La peli negra me miró pensativa, pues a ella fue a la que primero nos agarramos confianza.

—Si no quieres ir a tu cuidad para no verlo...

—No es por eso, Shasha.

Ella se rasco la nariz, volviendo a su computadora.

—Si tu lo dices —murmuró.

Lo admito no quería ir para no verlo, y es que en las video llamadas solo hablábamos sobre las clases y una que otra cosa aparte, pero jamás de otras cosas.
Me temía que pasara algo más. No había hablado con el en una semana pues había estado ocupada. Pero en las redes sociales no se hablaba de otra cosa que no fuera de él.

Mire a Shasha, que ella me miró de reojo. Rasque mi nariz.

—Está bien —admiti —. No quiero ir por eso, además de que no se si el este ahí.

—Okey, mira —cerró su computadora sentándose a un sillón que estába a un lado —. Si es así no te preocupes, además ¿que no es tan famoso? Seguro que no estará allí.

—Quiero verlo, pero ya sabes, tengo miedo que el sentimiento aun esté.

Shasha meneo la cabeza, dejando ver un tatuaje en el cuello. Mientras, que le mandaba mensaje a mis padres, las demás chicas llegaron.

—¿Siempre si irás a tu cuidad? —Ana una chica pelirroja muy bajita incluso más que yo, me pregunto ansiosa.

—Si —solté un Suspiro —, ya hable con mis padres y mañana en la mañana salgo al aeropuerto.

—¡Necesitaremos fotos! —exclamo arreglemente.

—Tu tienes la suerte de vivir bastante lejos —dijo Shasha pasando por la sala —. Una que nunca ha salido de aquí.

—Un día de estos te voy a sacar —hablo Hildra sarcásticamente, la otra chica que estaba sentada en el chico moviéndole al control remoto.

Las mire a las tres parandome del sillón, fui a mi habitación para arreglar una mochila con lo básico, pues todavía tenía ropa en mi casa.

TENGO QUE IRMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora