Había llegado al hospital a tiempo. Pregunté a unas enfermeras donde podría encontrar a sus familiares. Me indicó unas cuantas veces hasta que asentí, estaba nerviosa cuándo di la media vuelta para entrar. Mi mamá y mi papá estaban dándole consuelo a él papá de Zac.
Zac el estaba apoyado en la pared con sus manos en sus sien.
Me acerque a él, y no pude más, lo abrace y el soltó en llanto.
—No tengo... No tengo palabras para darte consuelo, Zac —nos separamos, el tenía los ojos rojos.
—Gracias por venir —solo dijo eso. Se sentó, sin mirarme.
Me gire hacia mis padres y a su papá, los abrace.
No paso mucho cuando ya estábamos dándole un último adiós.Me sentía extraña, Zac y yo apenas nos hablábamos y sin decir, que no me veía.
Estabamos ya en el entierro y el daría un discurso. Se paro en frente de todos, cerró los ojos unos segundos. Luego de que los abrió, empezó a leer:
—Siempre fui muy unido con ella, nunca me falto nada, siempre vio lo mejor en mi, incluso cuando yo me creía un fracasó. Hoy le doy un adiós... —volvió a cerrar sus ojos, desde donde yo estaba se veía sus lágrimas correr por sus mejillas —. Estuve el tiempo que pude con ella, y quisiera mucho más.
Su voz estaba cortada y mejor decidió ya no hablar. Su papá dijo unas palabras que nos hizo llorar aún más.
Cuando todo acabó vimos a Noe, Oscar, algunos campañeros del equipo de fútbol de la preparatoria y Jade..
No había cambiando mucho, a excepción que se veía que hacía ejercicio. Tenía un cuerpazo.
Le dieron el pésame, quería acercarme pero dude, me quedé sentada en la tumba de su mamá.
—Si lo dejo ir... ¿Estaría haciendo bien? —pregunté a la tumba. Siempre supuse que ella sabía mis sentimientos hacia el —. Perdón por no estar a tiempo.
Me sentía culpable de no verla antes, tal vez si hubiera contestado antes los mensajes de Zac.
Pero el hubiera no existe.
Cerré los ojos unos segundos. Deje que el viento tocará mi rostro y dejara salir unos mechones.
¿Como podía decirle adiós a alguien que fue como una mamá para mí?
Me quedé sentada allí hablando con ella.
—He conocido a un chico, se llama Antony. Y, no se sabes...estaba encantada de conocer a Zac que no me di cuenta de varias cosas. No sé qué hacer.
Le hable sobre mi nuevo libro, sobre cómo iba a extrañar las idas al cine, a los lados que siempre íbamos.
Para cunado me pare mis piernas no se movían, había pasado horas allí. Nadie estaba a excepción de mis padres.
No les dije nada solo me subi al coche.
Pense que llegando a casa estaría Zac pero no. Subí a mi habitación, me avente a la cama, vi el techo por varias horas. Hasta que me di cuenta que eran las cuatro de la mañana y mi celular vibraba. Era una llamada de Zac. Conteste fruciendo el ceño, me pare viendo a hacia la ventana, la cosa estaba con las luces apagadas.
—¿Danae? —la voz de Jade hablaba a través del celular. Estaba muy agitada.
—¿Jade? ¿Que pasa?
—Es Zac el... El ha sufrido un accidente y...—Me quedé helada —. Estábamos en el hospital.
Colgó, y no se como le hice para decirles a mis padres y a su padre que por cierto el estaba en casa. Los cuatro fuimos apresurados al hospital.
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TENGO QUE IRME
Novela JuvenilZac y Danae han sido mejores amigos toda su vida. Pero, Danae ha estado enamorada de él desde que tiene uso de razón, sin embargo, nunca se ha atrevido a decirlo. ¿Pasará algo para que Danea le diga?