Intentare ayudarte -TR

10

—¡E-espera...! De verdad, Dios, ¡no estamos en un concurso de carreras...!

—Así camino, si te hubieras apurado no estariamos tarde.

Jadeaba cómo perro intentando dar pasos largo después de estar corriendo para alcanzar a este loco puntual, realmente no podía disfrutar la vista por dónde caminaba porque ya nos habíamos pasado 5 cuadras enteras corriendo.

Pensé que me iba a quedar de vaga en la casa o de limpieza pero, recapitulemos hace tan solo media hora atrás. En el tiempo cuando solamente estaba durmiendo pacíficamente.

(...)

—¿Que horas son...?

Mirando apenas a los lados parpadeando sin esfuerzo, queria saber porque se escuchaba tanto alboroto tan temprano, no sabia ni la hora pero para mi lo sentia temprano.

Quedandome quieta frunciendo el ceño no paraba de escuchar voces fuertes que no me dejaban dormir, ni siquiera las entendia porque recien me estaba despertando pero si era muy abusivo que se escucharan tan graves. Viendo la lampara apagada a mi acostado entre sueños volvi a escucharlas.

—Apurate...tarde van a...

Fulminando a la lamprara que no tenia nada que ver me gire sobándome los ojos para que funcionen, reaccionando de un salto al ver que estaba apagada cuando la habia dejado prendida.

«oh mierda cierto»

Sentada en el futon viendo la puerta de la habitacion que me habian prestado semi abierta no podia creer que aun siguiera aqui.

—...La casa de Baji Keisuke.

El olor delicioso que entraba por la brecha de la puerta evito que me revolcara en le suelo e hiciera mi espectaculo. Asomándome afuera de la habitacion, otra vez la luz de la cocina iluminando el pasillo y una voz suave daba a entender que habia alguien ahi, yendo en cuclillas hacia la cocina la mamá de Baji estaba de espaldas tarareando una cancion mientras freia algo. Moviendose a los costado rapidamente creo que estaba preparando el desayuno. Su pelo negro sujeto en una coleta era idéntico a la de Baji.

«Realmente se parecen... Fotocopia... »

—Buenos dias, entra para que comas.

Mirando a los lados a ver a quien le hablaba, me asustó cuando giro a verme directamente. Con una sonrisa volvio a decirme.— ¿Que haces ahi? Sientate para que desayunes.

—¡Buenos dias!

Mostrando una reverencia de 90 grados apenas hacer contacto visual, de un paso me posicione en la mesa obedientemente. Dándome una sonrisa en respuesta siguio con la preparación del desayuno, comenzando a tatarear de nuevo, mientras yo no dejaba de mirar en blanco la mesa.

«¿Como carajos se dio cuenta...? Estaba de espaldas, no volteo en ningun segundo, ¿hice ruido? ¿solte algo? ¿...sin darme cuenta?»

Saltando por el golpesito del plato chocando con la mesa alze la miraba, viendo como dejaba en mi enfrente platos planos con raciones de comida y como seguia trayendo todo lo que habia preparado.

—¿Y como estas? —dándome una taza de te, empujo levemente el plato con queso que habia puesto adelanté mio — ¿Amaneciste mejor, o aun te duele algo?

—Y-ya no me duele la cabeza, la siento bien —aceptando los panes cortados que me ofrecio sonrei cabizbaja ante ella— esas pastillas me ayudaron bastante.

—¿Mm? ¿Las que te di? —asenti acomodando las partes de mi queso en el pan— que bueno, estaba preocupada porque pense que no te iban a hacer efecto.