Harry Potter y La Moneda Del Destino

Prólogo

Dicen que el tiempo pasa rápido, que los sueños son las únicas aventuras que tenemos y que la distancia depende hacia dónde nos dirigimos. Incluso dicen que existirán ocasiones en las que despiertes deseando que todo lo vivido fuera parte de un sueño, obteniendo así la oportunidad de corregir cada uno de nuestros errores.

Ahora, postrado aquí, frente a un viejo pozo es cuando esas palabras toman sentido. Sé que mi deseo prácticamente es imposible, pues anheló algo que todos quieren y nadie tiene: Una oportunidad para corregir el pasado... Mi pasado.

He cometido tantos errores... Quizá de haber llegado antes a la estación no habría coincidido con esa familia.

— ¿En qué casa están tus hermanos?

—Gryffindor, al igual que mi papá y mi mamá. No sé lo que dirán si no lo estoy. No creo que Ravenclaw sea tan malo, pero imagina si me ponen en Slytherin.

¿Sí hubiera aceptado su mano, quizá, solo quizá todo seria diferente?

—Yo tendría cuidado, si fuera tú, Potter. A menos que seas un poco más amable, vas a ir por el mismo camino que tus padres. Ellos tampoco sabían lo que era bueno para ellos.

¿Sabes? Incluso cuando más de uno intenta mostrarnos el camino, nos abstenemos de abrir los ojos.

—¿Estás seguro? Podrías ser muy grande, sabes, lo tienes todo en tu cabeza y Slytherin te ayudaría en el camino hacia la grandeza.

En ese momento, las palabras de Hagrid hacían eco en mi cabeza

—Todos dicen que en Hufflepuff son todos inútiles, pero... Es mejor Hufflepuff que Slytherin las brujas y los magos que se volvieron malos habían estado todos en Slytherin. Quien-tú-sabes fue uno.

Tras breves minutos de incesante debate, llegue a la conclusión que no sería Voldemort ni estaría en Slytherin.

Inhalo profundamente, intentando contener inutilmente las lagrimas.

Solo hasta que caemos, admitimos que nos hemos equivocado. Pero como dicen "los hubieras no existen". Cada decisión tomada, cierra una brecha y junto a ella otras se abren.

Convertirse en los mejores amigos del niño-que-vivo.... Era una táctica simple y tontamente caí, ¿tan vulnerable era que ni siquiera tuvieron que esforzarse?

Ronald Weasley, un mago demasiado astuto y analitico, a quien solo basto una oracion para convertirse en mi mejor amigo.Y como olvidar a la siempre ingeniosa y correcta, Hermione Granger, quien constantemente parecia velar por mi bienestar, ¿que iluso fui?

Ambos se convirtieron rapidamente en mis amigos intimos. Convirtiendo ese hecho en uno de los dos errores más evidentes que tome.

El segundo fue mi boda con Ginevra Molly Weasley, suena ilógico que el matrimonio ocupe un punto en mi extensa lista de errores.

La boda se diferenció mucho de ser el mejor día de mi vida, había soñado con una boda simple, siendo sincero no importaba que fuera lujosa solo quería estar rodeado de mis seres queridos, no de periodistas como era costumbre. Alguien dijo que era demasiado joven y me sermoneó insistiendo en que, a mi edad, debería ver mundo y disfrutar de la vida. En vez de eso, me dedique a estudiar y estar junto a Ginevra, quien después de varios intentos por quedar embarazada, acordó una cita en San Mungo. Y aunque el medimago no digo la razon principal, nos dio a entender que el problema era mío.

Con veintitrés años, Hermione era la segunda mujer más joven en casarse de nuestra generación. El día de la boda Ron desayuno en Dulce Mañana, un nuevo restaurante del mundo mágico, cosa que no debió hacer porque durante la ceremonia su desayuno pasó a formar parte del vestido de novia de Hermione.