Era de día en el colegio de magia y hechicería, y como era costumbre los estudiantes disfrutaban de un delicioso desayuno en el comedor, a excepción de dos chicos de casas rivales que se encontraban en el laboratorio de pociones fregando calderos.
—Estúpido Hill por tu culpa tengo detención— dijo el rubio de primer año mientras tallaba una difícil mancha
— ¡Mi culpa!, te recuerdo Malfoy, que tú fuiste él que ayudo, a esconder un dragón, al tonto del guardabosque... oh y no solo hiciste eso. Sino que también conseguiste que lo convirtieran en una clase de mascota legal— se defendió el moreno, mirando como Draco batallaba con la mancha del caldero.
—Claro que lo hicieron legal acaso olvidas que soy un Malfoy... no fue esa la razón por la que tu asquerosa familia pidió mi mano en matrimonio Jared, — dijo Draco, con tono imperioso —. ¡Oh! y no solo fue la mía también la de los Parkinson, Zabini, Nott, Longbottom, Goyle y Crabbe, ¿tanto les urge recuperar su honor? La única que valen la pena en esa familia es Letty, al menos ella tienen dignidad.
Cuando la familia Hill se entero que Jared iba a nacer de la misma edad, que la mayoría de los herederos más ricos del mundo mágico, optaron por comprometer a su hijo con una de las familias más adineradas del mundo mágico, los Malfoy.
Al cumplir seis años, los Hill, llevaron al pequeño Jared a la Mansión Malfoy. Draco estaba feliz de conocer a un nuevo amigo, pero cuando los padres del moreno hablaron de matrimonio le pareció un completo interesado, así que lo boto como la mayoría de los chicos que solo le hablaban por su apellido y dinero.
Después del rechazo de los Malfoy, los Hill visitaron al resto de las familias sangre pura para comprometer a su hijo pero fueron igualmente rechazados. Convirtiendo a su familia en una traidora, fueron en busca de los Granger, una familia de sangre pura que fue castigada por sus crimines dejándolos sin poderes.
La familia Granger tenía una hija de la misma edad de Jared, llamada Hermione, sin embargo esta ya se encontraba comprometida con Ronald Weasley.
—Draco yo... no sabía cuando fuimos a tu casa que intentaban comprometernos —dijo Jared acercándose para acorralarlo contra la mesa sujetando su rostro.
—Perdiste el derecho de llamarme por mi nombre — dijo Draco, empujándolo con fuerza y mandando a Jared a golpearse con la estantería de ingredientes.
Hill salió del aula de pociones partiendo directo a la enfermería.
— L-lo be-besaste. — tartamudeo Harry. Quien se encontraba de pie frente a él. Su estomago daba vueltas y su pecho dolía, era la primera vez que sentía algo así, tal vez el también debía ir a la enfermaría.
— ¡Los lentes solo los tienes de adorno, Potter!
Ataco Draco, molesto, sabía que no era correcto que le hablara así pero su falta de confianza dolía, porque Harry creía que él haría eso, si fue Hill quien presiono sus labios con los suyos, eso no contaba como un beso o ¿si? No, un beso es como los que se daba su papá a su mamá eso era un beso, después de tanto pensar llego a la conclusión de: "esto fue una violación". Abrió sus ojos llenos de sorpresas y dijo:
— ¡Me acaban de violar!
Si Harry no estuviera lo suficiente molesto, se hubiera reído por lo que Draco acaba de confesar, cogió con fuerza el brazo de su amigo y lo llevo hasta la sala común. Atravesaron la pared, al otro lado de ella se encontraba Blaise y Pansy que al verlo, lo separaron violentamente de Draco. El rubio se frotaba con delicadeza la roja muñeca.
— ¿Qué diablos te pasa Potter? — dijo Blaise tomando Harry por cuello de su camisa.
Harry lo miro desafiante unos minutos para después volver su vista al rubio. Draco estaba sentado en el sofá repasando lo sucedido, como era posible que unas palabras terminaran en pelea.
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Harry Potter y La Moneda Del Destino
FanfictionHarry descubre que vivo toda su vida en base a mentiras, y permitiéndose ser egoísta pide un deseo. Crossover