Harry Potter y La Moneda Del Destino

Capítulo 8

Escuchó el chillido de la puerta al abrirse, y unos suaves pasos iban hacia las camas de sus compañeros de pieza. Indeliberadamente, gritos sofocados llegaron a sus oídos, a través de las cortinas. Los chillidos de sus amigos le decían « ¡Corre, escapa Draco! », pero él se negaba a huir, les respondió que eran amigos y no les iba abandonar. Entonces lo alcanzó a ver, estaba ahí en su dormitorio, aún tenía puesto el turbante, y hablaba con él. Extrañamente del turbante salía una voz fuerte y fría.

Luego la voz le dijo a Draco que acabara con Harry Potter, porque ése era su destino. Él contestó que su deber era proteger a sus amigos, no atacarlos. El turbante se volvió cada vez más grande, que termino envolviéndole. Intentó romperlo, pero le apretaba dolorosamente. El profesor se burló de él mientras luchaba para quitarse el turbante. En seguida Pansy llegó gritando un hechizo hacia Quirrell... Se produjo un estallido de luz verde y Draco se despertó, temblando y empapado en sudor.

Se dio la vuelta mirando hacia Harry y Blaise, y se volvió a dormir.

Los murmullos siguieron a Harry desde el momento en que salió de las mazmorras.

— Allí, mira.

— ¿Dónde?

— Al lado de Malfoy.

— ¿El de gafas?

— ¿Has visto su cara?

— ¿Has visto su cicatriz?

La mirada gélida de Draco y la indiferencia de Blaise, hicieron que los murmullos se detuvieran. Cuando llegaron al Gran Comedor Draco, Blaise y Harry se sentaron junto a Theodore, Pansy, Ron, Crabbe y Goyle en la mesa de Slytherin.

Nadie hablaba y Harry aun tenía algunas dudas.

— Draco, — dijo Harry, exigiendo su atención —. ¿Conocias al profesor Quirrell de antes?

Los ojos de sus compañeros miraron fijamente a Harry.

—¿Que insinuas Potter? — dijo Theodore con tono firme.

Todos parecian molestos ante la pregunta de Harry. Confundido cerró los ojos y pensó «¿Porqué estan tan molestos?».

Ron apreció cada gesto de desconcierto que mostraba el rostro de Harry, mientras éste mantenía los ojos cerrados.

—Por su reaccion, creo que en realidad solo es curiosidad —aportó Ron—. Podrian simplemente dejar de ser altaneros, Harry crecio con muggles. Así que dudo, tenga otras intenciones.

—Ayer mientras se presentaba, note que su tartamudeo es falso — dijo Draco como si fuera lo mas obvio del mundo.

—¿Falso? —Harry no comprendia, como habia descubierto eso con una simple presentacion.

—Si vemos su linea de sangre, el uso del turbante lo vuelve inusual, ¿no? Dijo apesar de ser mestizo su familia es britanica, — dijo Draco dibujando en la mesa con su varita—. Sin mencionar que este es de un gran tamaño... es como si ocultara algo.

Harry prestaba atención absoluta a cada palabra que salía de los labios de Draco.

— Además, como le comente a Draco, ayer antes de que nos mostraran las habitaciones lo vi hablarle a su turbante —aseguró Blaise.

Harry se sintió muy aliviado al descubrir que ningún Slytherin confiaba en el profesor Quirrell, decían que actuaba de forma sospechosa o que su magia emitía una extraña aura.

Había mucho más que ser de sangre pura, como Harry descubrió muy pronto, mucho más que insultar a los demás por su sangre y decir unas palabras ofendidas. Los Slytherin eran muy leales con aquellos que consideraban sus amigos y con su propia casa, siempre que algún Slytherin se encontraba en problemas otro Slytherin aparecía a ayudar.