Excusas.

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Luego de haber tenido aquella discusión con José Luis, Altagracia fue a casa, preparó una maleta pequeña y tomó carretera con Lucía, hoy sería un gran día para ambas, quizás no de buena forma pero era la única oportunidad que tenía Altagracia de demostrarle a su hija lo mucho que la amaba, hablarle de su pasado y de todo lo que tuvo que pasar para ser quien realmente es el día de hoy.

- ¿Tienes hambre, Lucía? ¿Quieres que nos paremos en alguna estación para comer algo? - le pregunté pero solo era una excusa tonta para entablar una conversación, y no es que no preocupe por ella solo que sé que Lu es de muy mal comer.

- No, estoy bien. Pero gracias. Voy a intentar dormir, cuándo lleguemos me despiertas.

- Descansa - y por inercia pose mis dos manos en el volante.

El camino fue bastante tranquilo, Altagracia conducía inmersa en sus pensamientos, por su cabeza solo pasaba una cosa, como le contaría todo lo que le había pasado, se preguntaba cuál sería la reacción de Lucía al saber la verdad, una verdad llena de dolor y de tragedia, y ni siquiera le contaría todo, no quería empañar su inocencia con todo lo que vivió en su pasado, solo debía decirle algo significativo para que pudiera entender, Lucía no es tonta y Altagracia sabía que si le contaba a lucia sobre la violación que sufrió ella deduciría que fue producto de aquel acto cruel y despiadado, y que de ahí provenían los malos tratos y los desplantes.

- Lu, despierta, ya llegamos. - la remuevo un poco, ella gruñe y comienza a hacer pucheros -Llegamos súper rápido - la escucho decir adormilada.

- No llegamos rápido, te dormiste todo el camino, por eso no lo sentiste.

- Ah, con razón. ¿Qué hora es?

- Son las 8:30 PM, pediré algo de cenar, ¿que te apetece?

- Sushi estaría bien para mí. Gracias.

- No hay de que. Ya bajaron las cosas del carro, ponte los zapatos, te espero adentro.

Los últimos días han sido caóticos y muy dolorosos para mí, porque si bien es cierto mi vida no ha sido fácil, pero desde un tiempo para acá siento que nada tiene sentido, intento entender el porqué de las cosas, pero es muy doloroso no encontrar las respuestas a todas las preguntas que he tenido guardadas por tanto tiempo, toda mi vida ha sido un holocausto, siendo sincera, todo el tiempo he mendigado por un poquito de atención y cariño, llorando por las noches sin consuelo preguntándome porqué no soy suficiente para la mujer que me trajo al mundo, porqué cuándo ve mis ojos todo su semblante cambia, porqué con los demás si y conmigo no, son preguntas que repetidas veces pasan por mi cabeza, y se siente raro saber que dentro de poco tendré esas respuestas que tanto anhela mi mente y mi corazón, y esto trae consigo una avalancha de emociones indescriptibles.

- Me apresuro a ponerme los zapatos, mientras me arropo con una manta que había en el carro, estaba frío afuera, veo a mamá dándole algunas indicaciones a uno de los trabajadores mientras revisa algo en su teléfono - ¿Podemos hablar ahora? - digo interrumpiendo su conversación.

-Cuándo la cena esté lista, sírvela y avísanos - este asiente con la cabeza y luego se retira. - Sé que estás ansiosa, pero es mejor cenar e irnos a dormir, ya mañana hablamos sobre eso.

- No vine hasta aquí para recibir evasivas.

- No son evasivas, solamente que el camino estuvo bastante cansado y no me siento bien ni con energía.

- Excusas, sino ibas a hablar para que me trajiste hasta acá - dije malhumorada - estoy cansada de que hagas lo mismo

- Me bajas el tono, Lucía - Poso la mano detrás del cuello como si eso fuese a aliviar toda la tensión que estoy sintiendo en estos momentos.

- ¡Ay, por favor, Altagracia! Ya no soy esa niña que no te subía la voz y que no hacía nada que pudiera alterar tu paz simplemente para que me quisieras.

- Dices que no eres una niña, pero te estás comportando como una estúpida niña caprichosa, ya no tienes 6 años para estos berrinches, si te digo que no me siento bien es porque así me siento, no porque quiera evadir el tema o excusarme, y espero que lo entiendas porque no lo repetiré, vas a cenar y luego irás a la cama.

El pasado. Tú y yo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora