❛❛No todo es lo que parece.❜❜
Una frase bastante simple la cual puede pasar desapercibida pero que esconde mucha verdad pues, exactamente; vivimos rodeados de engaños, mentiras, manipulaciones y falsas apariencias.
Sin embargo, todo solo puede empeo...
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Una vez en el auto, Akki no tuvo más remedio que ponerse en los asientos traseros. Pretendía ir de copiloto, pero el sitio ya se lo había ganado el compañero de Aguni. Viendo la cara de culo que llevaba éste último, mejor quedarse calladita por un rato. No quería provocaciones innecesarias, pues aunque confiaba en su físico era obvio que aquel militar podría noquearla fácilmente.
El trayecto fue aburrido, y el ambiente le resultó tan pesado que comenzaba a ponerse de malas, dejando sus ojos en blanco mientras echaba su cabeza hacia atrás. Pero al menos todo llegaba a su fin, y tras un rato Aguni, quien conducía; aparcó improvisadamente frente a una de las arenas de juego, el cual era un bloque de apartamentos llamado "Toei Sendagaya".
Sin más dilación bajaron todos del vehículo, por su parte ella se estiró levemente una vez sus pies tocaron el suelo.
— Ve dentro, ahora vamos. — Ordenó con frialdad el de cabeza rapada hacia su acompañante, quien acató sin rechistar.
Claramente el grandullón tenía algo que hablar con la azabache, quien le dirigió una mirada llena de curiosidad mientras alzaba una de sus cejas y se recargaba en el auto.
— ¿Qué tienes para decirme? — Su rostro cargado de burla se oscureció cuando Aguni se acercó a ella, poniéndose frente a frente y mirándola de una manera en la cual, si hubiera sido otra, ya estaría intimidada.
— Puede ser que Takeru confíe en ti, pero yo no. Haz algún movimiento raro, y no dudaré en acabar contigo. — La chica frunció el ceño ante aquella amenaza.
Le resultaba algo extraño aquel enfrentamiento, pues por lo que había notado en ese poco tiempo Aguni era un lobo solitario y no solía meterse en problemas. Pero daba igual, estaba acostumbrada ya que por algún motivo su mera existencia y presencia solía causar ese tipo de reacción en otros.
Recobró la compostura, incorporándose sin quebrar aquel intenso contacto visual, quedando más cerca aun del hombre. Podían sentir la respiración el uno del otro chocar contra ellos en aquel intenso encuentro. Otro dato importante es que Akki debía alzar un poco su cabeza ya que Aguni era bastante más alto que ella. Su tono le había molestado, pero optó por tranquilizarse y mostrarle una sonrisa forzada.
— Solo quiero paz, Aguni; nada más. — Ella alzó sus manos en señal de paz, pero el contrario no cambió su gesto.
Segundos después se alejó, adentrándose al edificio con ese semblante de pocos amigos. Akki, sin embargo; hizo una mueca nada más le dio la espalda mientras lo miraba con irritación. Menudo imbécil. Lamentablemente debía conseguir su confianza, después de todo era de los altos mandos.
Suspirando y volviéndose a cruzar de brazos siguió de cerca al Paramilitar, quien sin decir nada se hizo espacio abruptamente tras subir las escaleras entre dos personas que acababan de llegar también, agarrando un celular. Uno de ellos era un chico con gorra quien por la pinta de asustado que llevaba, acababa de llegar; y la otra era la misma chica de pelo corto con la que había jugado la última vez.
