❛❛No todo es lo que parece.❜❜
Una frase bastante simple la cual puede pasar desapercibida pero que esconde mucha verdad pues, exactamente; vivimos rodeados de engaños, mentiras, manipulaciones y falsas apariencias.
Sin embargo, todo solo puede empeo...
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Los gritos y disparos seguían haciendo eco en aquel resort que fue considerado alguna vez una utopía para los jugadores. Ahora se había convertido en el mismo infierno.
Akki se sentó en el borde del muro de la azotea, soltando un profundo suspiro mientras miraba hacia el cielo. Chishiya se mantenía detrás de ella con las manos metidas en sus bolsillos, observando hacia el frente.
— Si insistes en que nadie del Ejecutivo es la bruja, ¿entonces quién? — Murmuró tras unos segundos, sin poder quitar esa pregunta de su cabeza. Le molestaba que no le dieran la razón.
— Digamos que no vas mal encaminado, algún miembro del Ejecutivo debe estar detrás de esto. — Susurró ella con tranquilidad, observando la linda luna que brillaba en el cielo junto a algunas estrellas.
— ¿Estás diciendo que sería el Game Master? — Chishiya logró atar cabos rápidamente.
Pero la carcajada de la peliengra le hizo fruncir el ceño, ladeando su rostro para mirarla.
— Ni de broma. — Dijo de forma entrecortada, pues seguía riéndose. — Solo digo que deben haber organizado el juego.
— ¿"Deben"? — Recalcó el de chaqueta blanca, extrañado de que hablase en plural.
Akki lo miró de soslayo, teniendo una cínica sonrisa dibujada en su rostro.
— Cuando estábamos en la sala de las cámaras, teníamos acceso a todos los rincones de La Playa. — Comenzó a explicar, moviendo sus piernas que colgaban por el edificio. — ¿No te fijaste en que ni Mira ni Kuzuryū se veían por ningún sitio?
Chishiya demoró en responder, pues se quedó pensando ante eso. Cierto era que, durante el rato que habían estado ahí, no vieron ni rastro de esos dos.
— Aunque existe una alta probabilidad, también podrían estar en un punto muerto. — La fémina alzó sus brazos, dejándole creer lo que quisiera creer. — De todas formas, ¿quién es la bruja?
— La chica muerta. — Contestó con simpleza, como si la respuesta fuera más que obvia.
— Eso no tiene sentido. — El chico frunció el ceño por un instante. — ¿Se sacrificó a ella misma?
La de orbes gatunos asintió con su cabeza, acompañado de un leve sonido de garganta. No demoró en levantarse, estirándose un poco.
— Es un juego de corazones, está claro que los creadores intuían que nadie se pondría a pensar que la bruja es la propia víctima.
Ahora que Akki se lo explicaba, cobraba algo más de sentido. Aún así, Chishiya seguía sin comprender cómo es que alguien aceptaría tal cosa.
— Y como está claro que no lo harán, pero tampoco quiero morir aún; nos toca hacer el trabajo sucio. — Le regaló una sonrisa pícara al pasar por su lado, dejando un suave y coqueto toque en el mentón del chico.
