❛❛No todo es lo que parece.❜❜
Una frase bastante simple la cual puede pasar desapercibida pero que esconde mucha verdad pues, exactamente; vivimos rodeados de engaños, mentiras, manipulaciones y falsas apariencias.
Sin embargo, todo solo puede empeo...
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Con ya aquel paso del plan ejecutado, realmente no había mucho más que hacer a excepción de supervisar y aguardar. Debían mantenerse alerta, agregando leña al fuego de vez en cuando para asegurarse de que seguía ardiendo con fuerza; e igualmente era necesario continuar analizando al resto, tarea sencilla para Akki y Chishiya.
Por eso, ahora mismo se daban el lujo de descansar un poco en la habitación de la fémina. La anterior mencionada se encontraba tirada en la cama, con las piernas recargadas contra la pared (por lo que las tenía alzadas) y tarareando una melodía mientras mantenía sus ojos cerrados. Por otro lado, Chishiya estaba sentado en el sofá mientras analizaba aquel papel que recogió del bolsillo del segundo cazador en el Pilla Pilla. Sabía que debía significar algo, pero no descifraba el qué por mucho que lo mirase por distintos ángulos.
— El dictador chiflado asegura tener una respuesta. — Comentó Akki una vez se aburrió del silencio, meneando levemente sus piernas al ritmo de una canción imaginaria. — Dice que sólo uno podrá salir cuando se reúnan las cartas.
Aquello llamó la atención del teñido, quien levantó la mirada para observarla por un breve instante. Seguido soltó una leve risa nasal, volviendo a centrarse en el enigmático garabato.
— Lo dudo. — Susurró con soberbia, causando que la chica girase su cuerpo y se acomodase boca abajo en la cama, mirándolo.
— ¿Y cuáles son los argumentos para tu teoría? — Alzó una ceja a la vez que ladeaba su cabeza, deseando escuchar lo que el rubio tenía por decirle.
— Simplemente es absurdo, no tiene ni pies ni cabeza. — Suspiró, posando sus orbes una vez más en la pelinegra. — Me inclino más hacia la teoría de que todos saldremos a la vez.
Akki asintió un poco, sin dar su opinión. Prefería guardarse sus pensamientos para ella sola, al menos para esa ocasión. Con delicadeza apoyó su mentón sobre sus manos, sonriendo con picardia.
— Sí es así, ¿por qué quieres robar las cartas? — Soltó una leve risita, bastante intrigada.
Perfectamente podrían quedarse de brazos cruzados sin hacer mucho más, pero ahí estaban: conspirando.
— Las cartas estarán mucho mejor bajo mis manos, y no bajo las de unos descerebrados. — Afirmó a la par que fijaba su desinteresada mirada en el dibujo una vez más.
— Ambos sabemos que esa no es la respuesta. — Aquel comentario, por alguna razón, hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo del chico. Aún así, no hubo reacción por su parte, como casi siempre. — ¿Qué es lo que quieres? ¿Poder? ¿Quizá algo de adrenalina? ¿Olvidar la monotonía?
— ¿A qué te dedicas? — Interrumpió finalmente el teñido, analizando con intensidad a la chica; ella parecía divertirse bastante. — Diría que eres una estafadora o algo parecido, tienes todas las papeletas.
