❛❛No todo es lo que parece.❜❜
Una frase bastante simple la cual puede pasar desapercibida pero que esconde mucha verdad pues, exactamente; vivimos rodeados de engaños, mentiras, manipulaciones y falsas apariencias.
Sin embargo, todo solo puede empeo...
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A la mañana siguiente, luego de haber dormido como un bebé por toda la noche (todo gracias a que tenía el sueño profundo, ya que la fiesta no había parado hasta altas horas de la madrugada), Akki despertó con un extraño buen humor. No el típico donde te sientes alegre y preparada para afrontar un nuevo día, sino que estaba lista para planificar un gran escándalo. ¿Acaso no era suficiente motivo para entusiasmarse un poco?
Se tomó su tiempo para estirarse en la cama, desperezándose y bostezando.
— Bien. — Murmuró una vez tuvo suficiente, sentándose primero en la cama y finalmente poniéndose de pie con un saltito.
Se quitó la bata de baño, dejándola tirada en la cama mientras agarraba el bikini que anoche había tomado. Tras ponérselo fue hacia un espejo de cuerpo completo, mirándose desde todos los ángulos posibles.
Su tez era pálida, contando con algún que otro lunar por su piel en sitios aleatorios. No tenía mucho busto, pero para ella era más que suficiente ya que hacía un lindo contraste con su pequeña cintura y posteriormente su cadera, la cual era algo más ancha. Tenía un buen trasero, y prefería mil veces su cuerpo como era.
Su figura era un claro reloj de arena; y aunque pudiera pasar desapercibida entre otras chicas, lo esencial era que se amaba a sí misma. Esa confianza hacia su persona era lo que lograba atraer al resto, generando admiración o envidia dependiendo de cada quien, ya que lo que ella había logrado generalmente era difícil de conseguir; muchos incluso morían sin lograr estar contentos con lo que eran, fingiendo ser algo que no eran.
— Perfecta. — Se elogió con una sonrisa luego de peinar su largo cabello, el cual le llegaba hasta la cintura, con sus dedos.
Para completar aquel look se puso sus botas militares como calzado, escondiendo su navaja en una de estas con cuidado. Ese sería su sitio por ahora; no era el mejor ya que tomarla le llevaría algo de tiempo, pero teniéndola encima se sentía mucho más segura. Ya lista salió de su habitación rumbo al comedor. Tenía hambre, así que iría a ver qué podría agarrar de desayuno.
Por los pasillos del resort se veían a bastantes personas, la mayoría borrachos que recién habían terminado de estar en la fiesta e iban a dormir en plena mañana. Algún que otro drogado debería de haber, pues en algunas zonas el olor a marihuana apestaba tanto que no pudo evitar hacer una mueca.
— Buenos días. — Escuchó detrás de ella, por lo que se giró.
No se molestó en esconder su gran sonrisa al ser encontrada por justo a quien planeaba buscar. Chishiya estaba detrás de ella, con su bañador también puesto y la misma chaqueta blanca de la noche anterior, metiendo las manos en sus bolsillos. Una diferencia que lograba notar es que no tenía camisa, y la cremallera estaba leve y astutamente bajada dejando ver rastro de sus clavículas e incluso pecho.
