El día esperado

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Hoy era el día, el bicolor se encontraba en el hospital sentado en la sala de espera acompañado por su madre, había pedido licencia para poder faltar a su trabajo, después de todo saliendo de aquella operación tenia que estar en reposo unos cuantos días o semanas, por lo que solicito licencia y Rusia al ser su jefe y pareja acepto aquello sin cuestionar nada, pero por desgracia el ruso no podía estar en estos momento con el, debido a que tenia que cumplir con la agenda de trabajo pero le había prometido liberarlo lo mas rápido y estar con el antes de que ingresara a sala de operaciones.

Mientras tanto el ruso se encontraba leyendo y firmando unos documentos, mientras miraba de reojo el reloj que se encontraba en su escritorio, quería terminar lo más pronto posible pero esa reunión programa a último minuto por aquel inglés le malogró su tarde.

Porque justo ese inglés con traje de pingüino tuvo que antojarse reunirse el día de hoy - el ruso deja escapar un suspiro junto con unas cuantas maldiciones y lisuras, la ser interrumpido por alguien que no esperaba.

Mi pequeña anguila, verte renegar y hacer un puchero como ese me hace recordar cuando tenías ocho años y no te deje conducir el tanque porque sacaste una pésima nota en economía política - le dice el soviético intentando ocultar una rosa al ver cómo su hijo le responde sacándole la lengua - sigues siendo un niño.

Padre yo debería estar en el hospital apoyando a mi pareja y no aquí esperando la reunión con el viejo pingüino - le responde desanimado el ruso - para ti siempre seré un niño a todo esto, ¿que estás haciendo aquí?

Para que veas que soy un buen padre considerado tu hermano y yo seremos los que nos reuniremos con ese viejo pingüino - dice el soviético cruzándose de brazos y con una sonrisa de medio lado - mientras tu puedes ir con el pequeño blanqui rojo.

Lo dices en serio - el ruso mira a su padre sorprendido y se limpia un oído con su dedo pensando que había escuchado mal - repite eso

Vete de una vez antes de que me arrepienta - el soviético se acerca hasta quedar a unos pasos de su hijo quien ya se había puesto de pie.

Padre eres el mejor, aunque a veces eres un poco cascarrabias, pero eres el mejor - le dice el ruso para abrazar a su padre de manera sorpresiva, esa es una acción que normalmente ellos no hacían pero cuando lo hacías era lleno de sentimiento.

El ruso salio rápidamente de la oficina mientras que su padre revisaba los documentos que su hijo le había entregado previamente, el soviético sonrió al darse cuenta que todos los documentos estaban en orden y cada punto del contrato era especifico, su hijo había aprendido muy bien todo lo referente a temas de negociaciones.

El soviético dejo escapar un suspiro y una ligera nostalgia se apodero de el, al recordar sus años dorados cuando se sentaba en esa misma oficina y dirigía la empresa, sus recuerdos fueron interrumpidos por la voz de su hijo menor quien después de tocar la puerta le dijo que todo estaba listo para la reunion y que el ingles ya había llegado acompañado de sus hijo.

Bien es momento de ir con ello mi pequeño cervatillo almizclero siberiano - dice el soviético a su menor hijo haciendo que este se sonroje.

Ya deje de ser un cervatillo papá... bueno supuestamente hoy Rusia y Usa darían el toque final a los acuerdos por lo que creo que hoy solo... - el ucraniano es interrumpido por su padre.

Creo que Usa no hablara hoy... - dice rápidamente el soviético ganando la mirada confundía de su menor hijo - el viejo pingüino esta que enseña a sus hijos todos lo de la empresa al igual que yo estoy haciendo con ustedes, él al verme a mi no dejara que su hijo se enfrente a un veterano, esta reunion sera entre el zorro rojo y el zorro ártico, veremos quien muestra los dientes y esconde la cola primero - sonríe de medio lado mientras entrecierra los ojos cosa que hizo tragar fuerte al ucraniano.

Solo trata de escucharme.. por favor (🇷🇺 x 🇵🇪)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora