Capítulo 1

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Kristen.

Seamos sinceros. No hay persona más impuntual en este mundo que Idara, mi mejor amiga.

Ah, mirá, ahí viene -casi- muerta.

Pongo mi sonrisa burlona de siempre al verla llegar casi corriendo, agitada y con mil cosas en la mano, como siempre.

Normalmente siempre la espero en la parada de autobús. Hoy, decidí hacerla llegar más temprano -cosa que no sucedió- y la esperé afuera de la entrada de nuestra universidad.

—Siete minutos tarde, Idara —le señalo la hora de mi reloj.

—¡Lo siento! Juro que me iba a despertar más temprano... Pero me quedé dormida diez minutos más —chilla y casi hace un puchero.

—No sé que haré contigo, la verdad —niego y me adentro a la universidad para ir directo a la primera clase.

Idara y yo estudiamos carreras muy diferentes. Ella estudia negocios internacionales y yo estoy estudiando fotografía. Así que ella va a su clase y yo llego a la mía.

Justamente me topo de frente con la popular de la universidad. Daphne Abbey. La chica más linda que he visto en toda mi vida. Pelinegra, cabello largo ondulado, de ojos ámbar miel, piel blanca y unos centímetros más baja que yo. Tenemos casi la misma edad. Y tiene la sonrisa más tierna y linda que no he visto jamás. Me tiene embobada.

Hacemos contacto visual pero rápidamente ella lo rompe. Hace como si no me hubiese visto y se adentra al aula de clases.

Solamente compartimos dos materias: historia del arte y relaciones públicas. Rápidamente me acomodo en una de las últimas sillas y presto atención pero es difícil concentrarse cuando la persona que te gusta está justo en la silla de al lado. Claro, nunca sucederá nada porque ella tiene novio o eso dicen y, además, no creo que le gusten las chicas, nunca ha dado indicios de que sí.

Ya basta Kristen. Concéntrate en la clase y deja de pensar en tontadas.

Veo disimuladamente como sonríe pero está en su mundo, totalmente ajeno a este y me pregunto que es lo que está pensando ahora mismo para que sonría así.

Automáticamente sonrío yo como tonta.
Gracias al cielo y a los ángeles, la campana suena avisando que la clase ya terminó y recojo mis cosas.

Estoy por salir pero noto que a Daphne se le cayeron algunas de sus cosas por casi tropezar y decido ayudarla.

—¿Estás bien? —me agacho para recoger algunos útiles.

—Sí, gracias por esto —sonríe amablemente y se va.

Que extraño. Esta chica habla con toda la facultad menos conmigo. ¿Le caeré mal? No, pero si ni le he hecho nada.

Suelto un bufido y voy hacia mi casillero.  Guardo los útiles que necesitaré más tarde y saco comida. Esta hora la tengo libre así que saldré a tomar aire en mi lugar especial.

Agarro mi preciado bebé -mi cámara- y salgo al jardín de la facultad, mientras tomo varias fotos aprovechando que el día está despejado y algo soleado,y, a la vez, escucho música. Amo tomarle fotos a los paisajes, me relaja, da paz.

Me recuerdo que cuando llegue a casa debo editarlas e imprimirlas, siempre se me termina olvidando, nada raro en mí.

El viento toca mi cara haciendo que cierre los ojos un momento y me relaje por completo sin saber que alguien inesperado llegaría.

•••
¡Holaaa! ¿Cómo estamos?
El primer maratón de este bebé, cómo se los prometí, por el estreno.

No olviden darle a la estrellita, comentar y compartir.

¡Espero les haya gustado! <3

Inevitable Destino ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora