Inevitable Destino ✔️

Capítulo 22

Agradecería si comparten la historia a más personitas <3
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Kristen.

—Hey, preciosa.

Me sonrojo, mi cara está hirviendo y mi corazón late a toda prisa por el apodo.

—Amo que me llames así.

—Yo amo llamarte así —esconde su cara en mi cuello.

—¿Cómo está Janelle?

Le acaricio el cabello lentamente mientras ella me soba la espalda y ambas disfrutamos de la tarde.

—Te extraña. Se encariñó mucho contigo —levanta su cabeza y me ve con tanto amor que me encantaría ver ese brillo siempre.
Uno nuestras bocas en un beso tierno y delicado. No pensé que finalmente este momento llegaría, lo soñé tanto que lo creí imposible.

—¿Daph?

—¿Hmm?

—Me gustas. Mucho.

Se ríe.

—Siempre deseé que este momento llegara, Kris. Te anhele cómo nunca había anhelado a nadie. Quería confesarte lo que sentía pero tenía miedo de no ser correspondida. Te veía siempre aún sí no lo notabas, te miraba deseando que al menos te llegara a interesar.

»Y te prometo que no te dejaré ir. Ahora que te tengo no escaparas de mí. Quiero ser todo en tu vida cómo tú lo eres en la mía. Siempre has sido tú, ¿sabes? Mi inspiración en cada dibujo que hago. Mi deseo porque seas mía. Y mis ansías de tenerte siempre junto a mí.

No hago más que mirarla y sonreír.

—Yo solo te quiero a ti, siempre. En la mañana, en la tarde y en la noche. En cada hora, minuto o segundo. Te quiero en mi vida, Daphne.

Tomo mi cámara y le tomo una foto distraída a pesar de saber que no le gustan. Mis ojos fueron iluminados al ver tanta belleza.

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—¿Mamá? ¡Ya llegamos!

Entramos a mi casa en dónde mi madre nos está esperando con una deliciosa cena. ¿Recuerdan la dichosa frase "la quiero conocer, tráela a cenar el martes"? Pues aquí estamos.

Mis nervios crecen a medida que nos acercamos a la cocina. ¿Y sí a mamá no le gusta? Me dolería en el alma que no la aceptase.

—¡Cariño! Vamos, a sentarse.

—Hola, señora Amelia —Daphne me aprieta la mano mientras le muestra una sonrisa tímida a mi mamá.

—¿Está es esa señorita que te tenía los nervios de punta ese día?

—¡Mamá! No me delates.

Daphne me ve con una ceja enarcada y se ríe, a lo que mamá se ríe con ella y yo me tapo la cara de la vergüenza.

—Ven —Daphne me destapa la cara suavemente y me lleva al comedor.

Rápidamente nos sentamos a comer y ellas dos entablan una conversación que las tiene riendo a carcajadas. ¡Vaya! al parecer ya se llevan muy bien. Sonrío al ver la escena frente a mí.

—Y cuéntame ¿Cuántos años tienes?

—Veintiún años, señora.

—Nah, no me llames señora, llámame Amelia.

—Está bien, lo tendré en cuenta Amelia.

—¿Y qué estudias?

—Diseño gráfico.

—Oh ¿O sea que comparten algunas clases, no?

—Sí, mamá.

—Me parece bien.

Seguimos charlando hasta que se hace tarde por lo que Daphne se tiene que ir.

—Hasta luego, señora Amelia. Disfruté un montón su comida y el momento.

—Hasta luego cariño, cuídate y llega con cuidado a casa ¡Vuelve pronto!

Mamá comienza a recoger los platos de la mesa mientras yo acompaño a Daphne hasta la puerta.

Me recuesto en el marco y cruzo mis brazos.

—¿Y sí no le guste a tú mamá? Dios.

—Pura mierda. ¿No viste lo bien que estaba charlando contigo? Se veía feliz.

Me sonríe y sube un escalón de la casa para estar casi a mi altura, solo que yo soy un poco más alta que ella. Enreda sus brazos en mi cintura y alza la cabeza para verme a los ojos.

—Me gustó estar contigo y con ella. Hace tiempo no disfrutaba así en familia.

—Sabes que puedes venir cuando quieras, mamá lo autorizó —me río.

—¡Dios! ¡Cómo me gustas, carajo!

Reímos juntas y la beso.

—Ya, ve con cuidado que se hace tarde. Me escribes cuándo llegues ¿Ok? —le toco la nariz con la punta de mi dedo.

—Está bien, lo que la reina mande.

Me da un último beso y se monta a su auto para de allí tirarme un pico e irse.

Esta mujer me volverá loca, lo juro.

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Primer día de Kaphne siendo no-novias 🥺

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