Capítulo 14

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Daphne.

Veía una niña correr por el jardín de mi casa, no podía ver su rostro, estaba de espaldas a mí. Se escuchaba feliz, reía y saltaba alegre. ¿Quién es? ¿Por qué está en mi jardín? ¿La conozco?

Quise moverme y caminar hacia ella para ver quién era pero no podía, estaba quieta, estática sin poder mover un solo músculo, me sentía atrapada.

También quería hablar, pero no pude, ni una sola palabra salió de mi boca, estaba sellada. Grité, grité con todas mis fuerzas pero nada se oyó, nadie me escuchó y estaba desesperada. La niña seguía jugando y riendo feliz, mientras yo estaba atrapada en una burbuja sin poder salir de allí, viendo aquella niña extraña jugando en mi jardín.

No me moví, solo la observé detenidamente para tratar de descifrar quién era. Ahora me doy cuenta que tenía un vestido floreado con unas zapatillas blancas y un peluche en su mano derecha. La niña sujetaba con fuerza su peluche pero en ningún momento lo cambió de mano. Debe tener unos 5 o 6 años por ahí. Cabello negro y largo y piel trigueña. Aún no podía ver su rostro, solo su espalda.

Fruncí el ceño cuando me fijé en una cosa que me extrañó:

Un brazalete dorado en forma de flecha.

Mi corazón se detuvo y por fin lo entendí.

Ella se dió media vuelta y cuándo alcé la vista y la miré directamente a su rostro me paralicé. Su cara estaba manchada de sangre, las comisuras de su boca se alzaron en una media sonrisa maliciosa y sus ojos se entrecerraron mientras esos ojos ámbar miel se oscurecían. Su vestido y manos estaban manchadas de sangre también.

Dió un paso al frente y dijo en un susurro:

-Hola, yo.

Esa... Esa niña era... Yo.

Desperté angustiada, sudando y caliente por todos lados. Mierda, estaba hirviendo. Me levanté a duras penas de la cama por lo débil que me sentía y me metí al agua fría para que se me bajara el ardor. Me sentía tan mal que de verdad creí que en cualquier momento me desmayaria.

Al salir de la ducha llamo a Axer para que venga por mí ya que no podré llevar a Janelle a la escuela.

Axer: ¿Pequeña?

Daphne: Ax, por favor... -estaba casi chillando.

No preguntó más y colgó. A los minutos alguien tocaba desesperadamente la puerta y Alice, la señora del servicio abrió encontrándose con él. La saludó deprisa y corrió hasta mi cuarto justo en el momento en que mis ojos se cerraron y tocaba algo frío mientras mi mente se desconectaba del mundo y solo escuchaba a Axer gritar mi nombre.

•••
¡Hola!

Este capítulo fue triste de escribir. En los siguientes capítulos veremos que fue lo que realmente le sucedió a Daphne.

1/3 capítulos del maratón.

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