A Kristen le cuesta volver a confiar en el amor por su primera pareja, pero cuándo ve a esta persona se le acelera el corazón y su mundo se detiene.
Daphne nunca ha tenido una relación, pues la chica de sus sueños es nada más y nada menos que Kriste...
Son la una de la madrugada, bajé a tomar un poco de agua pero encontré a papá en la sala, tomando un café negro y con su computador a un lado.
—Cariño, deberías estar durmiendo.
—Solo bajé por un poco de agua ¿Qué haces aquí?
—Trabajando.
—¿Te puedo hacer compañía?
—Claro amor, ven, siéntate.
Me siento junto a papá mientras recuesto la cabeza en su hombro y miro lo que hace, ahora que está en la casa le toca trabajar desde aquí virtualmente.
Saco mi celular y entro a mensajes ¿Estará dormida?
Daphne: preciosa ¿estás dormida?
Kristen: ¿Daph? ¿qué sucede?
Daphne: no soy capaz de dormir ¿te desperté?
Kristen: no te preocupes ¿quieres que me quede hablando contigo?
Daphne: por favor
—¿Con quién hablas a esta hora?
—Hmm, con Kristen.
Me ve con una ceja enarcada.
—¿Tampoco duerme?
—Creo que la desperté...
Niega con la cabeza repetidas veces mientras se ríe despacio.
—¿Si sabes que una amiga no da todas las atenciones que esa muchacha te da a ti, no?
—Sí, papá. Y por eso es que no somos amigas...
—¿Qué?
—Digo, sí lo somos, pero somos más que amigas ¿Me entiendes? Aún no sé qué somos, no lo hemos hablado.
—Cuando te sientas preparada y sientas que definitivamente hay algo más que una simple amistad, habla con ella.
—Lo haré.
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—Daph, vamos a comer, vamos, vamos, por fiiii.
Janelle me ve con ojitos de cachorrito mientras hace un puchero.
—¿Quieres ir con Kristen?
—Síiiii.
—Vamos por ella.
La subo en la parte de atrás del auto y vamos rumbo hacia la casa de Kristen. Al llegar, Janelle se baja para ir a tocar la puerta de la casa. Amelia, la mamá de Kristen abre la puerta frunciendo el ceño pero rápidamente nos ve y nos sonríe.
Jane le muestra una sonrisa inocente en dónde se le marcan sus hoyuelos.
—!Ay, qué ternura!
Se la lleva para la cocina mientras yo subo a la habitación de Kristen. La puerta está medio abierta en dónde se ve qué está ordenando su cuarto. Me paro en el marco de la puerta y cruzo mis brazos mientras sonrío.
—Hola.
—¡Carajo, Daphne!
Se lleva una mano al pecho mientras respira entrecortadamente. Me adentro y voy hasta abrazarla.
—Perdón —es inevitable reírme y ella me da un empujón—. Que sexi te veías arreglando tu cuarto, preciosa.
Se ruboriza, lo sé porque se le nota en los cachetes.
—Qué calor hace, ¿no? —se abanica y yo solo suelto la carcajada.
—¿Quieres ir a comer con Jane y yo?
—¿Janelle vino?
—Sí.
Se separa de mí para bajar corriendo hasta la sala y llamarla. Bajo para ver la escena frente a mí. Kristen cargando a Jane mientras ésta la abraza fuertemente con sus manos enredadas en el cuello. Automáticamente sonrío feliz. Las mujeres de mi vida son ellas, nadie más.
#
—¡Sí, yo quiero eso!
Le compramos un helado en forma de oveja, en mis tiempos no vendían helados así. Qué falta de respeto.
Janelle se adelanta mientras come su helado y yo tomo de la mano a Kristen.
—Se ve fe...
—¿Kristen?
Se tensa mientras se detiene, siento que se pone pálida y aprieta fuertemente mi mano. Volteo a ver y observo a una chica de pelo castaño, algo baja y de ojos cafés. Frunce su ceño en señal de confusión y yo veo a Kristen en señal de: ¿Qué está pasando?
••• El papá de Daphne sabe cosas, sospechoso...
Viene un poco de drama, no se preocupen, no van a sufrir.
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