En esta y un millón de vidas ||Wilmon ♤ Young Royals♤

18: Nunca me sueltes

_Narra Wilhelm_

La palabra sorprendido queda muy corta para todo lo que estaba sintiendo en ese momento, Simón seguía frente a mi, sin ningún miedo en su mirada, todo lo contrario la seguridad en su expresión me intimidó.

Me empujó dentro de la casa y cerró la puerta al no obtener respuesta.

- Te estoy hablando idiota - Me tomo por las mejillas y sentí que todo en mi se desvaneció - ¿Necesitas que te lo compruebe? Puedo volver a besarte, está vez no estoy ebrio.

- Es que yo, yo crei que tu no querías nada conmigo - Cuando empecé a reaccionar noté que su expresión ya no era la misma de seguridad -.

Fue como volver a anoche, justo antes de que me besara sus ojos desbordaban tantos sentimientos.

- Lamento haberte echo sentir así, Wilhelm, yo quiero todo, absolutamente todo contigo.

No soporte más y lo abrace, me aferre a el con lágrimas en los ojos y los sentimientos a flor de piel, me sentí protegido entre sus brazos, pero al mismo tiempo pequeño y ansioso, me permití disfrutar de su cercanía de sus brazos reconfortantes y cálidos, deje que sintiera todo aquello que quizás con palabras no me era tan fácil expresarle.

Simón se separó un poco de mi, sentí sus dedos sobre mi cabello y delineo con cuidado cada una de mis facciones, se acercó temeroso y dejó un pequeño beso en mi mentón, luego en mi mejilla y por último llegó a mis labios.

Todo en mi volvió a temblar, me abrace con fuerza a su cintura profundizando aquel mágico beso, sonreí internamente y deseé con fuerza que nada me despertará.

Sólo me separé un poco para ver el bonito rostro de Simón, su cara casi pintada de un color carmesí, sus labios algo hinchados por el beso y sus pupilas brillantes, era una obra de arte, una que ni siquiera el museo podría darle la importancia debida, por que nadie es digno de el, pero yo quiero ser digno de el.

- En verdad, ¿Quieres todo conmigo? - Acaricie su lindo rostro con cuidado -.

- Wilhelm, te amo, si estoy aquí es por que hace tiempo me daba miedo admitirlo pero no más, te amo y no le tengo miedo a la palabra - Sus ojos volvieron a destellar -.

"Te amo" que palabra tan linda, tan perfecta, tan indicada, quise entregarle todo de mi en ese momento.

- Que lindo suena cuando dices que me amas - Mis ojos estaban cristalinos pero esta vez de felicidad -.

- Te lo voy a decir las veces que sea necesario - Volvió a dejar pequeños besos en mis labios soltando varios "Te amo" entre cada uno -.

- Yo también te amo Simón, Dios tengo tanto tiempo esperando esto, ven aquí tarado - Lo levante en un abrazo y deje pequeños besos por todo su rostro provocando ligeras risas -.

Simón miró a los lados y me jalo con cuidado hacía el sillón, de un ligero empujón me sentó y mis sentidos se apagaron cuando lo vi subir a mi regazo poniendo sus piernas de cada lado.

- Simón ¿Qué haces? - Mi voz salió temblorosa -.

- Desde hoy eres mío, sólo mío, déjame ser tu todo y prometo hacerte feliz toda mi vida - Me abrace a el con cuidado acurrucandome en su pecho -.