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Cuando llega Febrero El Barrio Sur recuerda aquellas viejas calles de adoquín y se viste con luces de fiesta para mostrar su mejor color. El barrio de alegría se engalana y la gente se contenta porque "Dios Momo" otro año despertó.
A lo lejos el carro alegórico de la Reina y sus princesas se ve aproximar mientras todos aplauden las banderas que no dejan de flamear. El estandarte de la primera comparsa se deja divisar y se escucha a lo lejos la voz del tambor coloquial "chas, chas..." cantar. Es entonces que las calles traen de la mano a "Los Negros Lubolos" para por tradición desfilar.
Las bailarinas muestran su coreografía y millares de papel picado muestran su camino con honor. Mas atrás "El Escobero" mil piruetas hace sin cesar al compás de las palmas que aplauden sin parar. La "Mama Vieja" llega bailando y trae por compañero al "Gramillero", que recibe el rezongo por mirar una belleza semi-desnuda que le coquetea y él sin vergüenza saluda.
Mas de un tamborilero por las llagas del tambor, trae sus manos encalladas a causa de tocar con ímpetu y fervor. Pero "Repique", "Chico" y "Piano" no dejan de cantar, ya que ellos traen el baile de las emplumadas "Vedettes" que danzan quebrando su esculpida figura y provocando en las tribunas alboroto y locura.
La comparsa se marcha a alegrar otros sectores y cuando parece que el hechizo se acaba, surge entre las luces otro estandarte de la próxima comparsa portando su nombre y cuando en su ultima noche con su magia se despide "La Llamada", el pueblo entero hasta el siguiente año hasta su morada a los tambores acompaña.
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