A mis hijas

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Las acuné en mi vientre y

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Las acuné en mi vientre y

las envolví con todo mi corazón,

cariño y amor.


Hoy les doy dos alas,

para que aprendan a volar alto

mientras las miro y las protejo

sin alejarme demasiado lejos.


Las observo que se alejan y eso me da alegría

aunque también un poco de melancolía,

porque vuela un trozo de mi vida...Ahora, 

que les enseñe a volar,

las veo irse tan lejos,

tan a prisa, que me vuelvo un poco egoísta.


Pero contenta y feliz al fin de haber sido madre;

maestra y amiga. Entre mezcla de dolor y algarabía

les entrego sus alas, permitiéndoles partir

pues están prontas para abandonar el nido.

pues están prontas para abandonar el nido

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Los nombres de la Poesía - Tomo 1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora