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No quisiera que esta historia de dos locos enamorados acabase jamás para que quieras por siempre emborrachar mi corazón de ti, y que eternamente seas la inspiración de mi deseo causante de ser la enredadera que nace enraizada en tu amor y se enreda en tu pecho para beber la savia de tu amor misericordioso floreciendo por siempre en tu corazón.
Dios quiera que sueñes para siempre ser mi Shrek, ese ogro rezongón, pero bonachón y querendón. Que aspires siempre, sea yo tu Fiona y que únicamente por mí te conviertas en príncipe aún sin desearlo. Seamos irremediablemente para siempre como ellos, (ya que se hallan en nuestra misma situación) porque como nosotros, ambos están verdes de y por amor.
Que no se te apague el deseo de alimentar juntos infinitamente este amor tan especial, que es a su vez lo mismo fantasioso como real. Un amor complementado por ambos, así como por las características de tu carácter y el mío: uno sopesándolo todo y buscando equidad y el otro un poco dual y bastante más cerebral.
Quiere conmigo conservar este amor diferente a los demás, que juega las veces de niño precoz lo mismo que de maduro y mayor. Porque eso es lo que somos, los autores de nuestra propia historia de amor. Un cuento que a diario escribimos y que no alcanza un fin.
Que tu deseo sea conservarme en mi interior como una niña casta y pura solo para ti. Para que luego, cuando quieras despiertes a la mujer que te ama apasionadamente.
Custodia la llave del tesoro que guardo en mí, y que solo tuyo es porque sabiamente supiste apropiarte de este amor que me derrite y quema.
Eres (y bien sabes) el único habilitado en hacer uso de este amor que es solamente para ti... y es que de esta mujer de ti locamente enamorada, logras de ella lo que pretendas, ya que eres el único artífice hechicero que en la misma medida conoce el embrujo para hacer vibrar su corazón de amor y encender a su vez, el deseo de la pasión en su piel.
