Extraña costumbre la suya:
sumergirse y entregarse
a la droga de su llanto.
Sufrir, padecer,
soportar o tolerar.
Esa manía,
ese vicio único...
Sentir y afligirse,
mientras su corazón se transforma en trozos
diminutos e insignificantes.
Sedada por sentimientos alucinógenos
piensa que no integra este mundo,
entonces se hunde, desmorona,
desploma y debilita.
Es en ese momento que comprende
que necesita de un ser para que la rescate,
no cuenta de donde sea o pertenezca.
Sólo importa que la salve,
que le extienda su mano,
que fuerte y firmemente la jale.
Dejándola así:
libre de su mundo tóxico.
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Los nombres de la Poesía - Tomo 1-
Puisi🙝Qʋe ɱis ɱɑƞσs seɑƞ plʋɱɑ pɑɾɑ cɾeɑɾ pσesíɑ🙟 Recopilación de mis poemarios. "Lσs ƞσɱbɾes...