Capítulo 1

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Isabell

Mi día está empezando muy mal.

Para empezar, la alarma que puse para poder ir a tiempo a la universidad no sonó porque olvidé que la noche anterior había puesto el celular en silencio.

Ahora mientras me encuentro desayunando mis padres me sueltan la bomba de que mi prima alemana vendrá a quedarse un tiempo con nosotros por sus estudios. No digo que me moleste que mis padres ayuden a un familiar, el verdadero problema radica en que desde que tengo uso de razón mi prima desea todo lo que yo tengo.

La detesto y ahora resulta que tendremos que convivir como si fuéramos las mejores primas del mundo. «Un completo asco»

—Por favor, Isabell, no es como si fuera a ocurrir el fin del mundo si llega Ayla —habla mamá mientras se sirve una taza de café.

—Ya verás que las cosas no estarán tan mal con su llegada —me dice papá mientras lee el periódico—, ya no son las mismas niñas de hace 5 años.

Suspiro mientras me pongo de pie para dejar mi plato ahora vacío en el fregadero.

—Espero y laves eso de una vez —me dice mi madre, Anna Wood puede ser muy estricta cuando se lo propone.

—Sí mamá, justo eso era lo que iba a hacer —le contesto con inocencia fingida.

—Claro —hay un tono burlón en su voz.

—¿Eso fue sarcasmo mamá? —musito ofendida—, ¿dudas de mis palabras?

—No, solo que te conozco lo suficientemente bien como para saber que te harías la loca y sacarías una excusa para poder irte sin lavar lo que has utilizado.

Papá disimula una risa ocultando la cara en su periódico.

Yo solo ruedo los ojos porque me conoce demasiado. «Ella sabe muchas cosas»

Subo a mi habitación por lo que me falta para poder irme a la universidad. Cuando paso por el espejo que se encuentra ubicado al lado de la ventana de mi cuarto me detengo a observar mi reflejo.

No me considero la chica más hermosa pero sí tengo la autoestima suficiente como para denominarme bonita. Poseo unos ojos color verde oliva que son herencia de mi madre, realmente amo que me haya dado este color de ojos. Mi cabello castaño, como el de mi padre, me llega hasta la cintura, es ese tipo de cabello que no son completamente lacios ni ondulados, suelo decir que no tengo un tipo de cabello definido.

Mi padre suele decir que las facciones de mi rostro son delicadas como las de una muñeca y debo darle la razón, mi nariz es un poco respingona y mis labios gruesos tienen un arco de cupido que me gusta mucho.

Mi cuerpo tiene las curvas suficientes para sentirme cómoda y linda, no soy muy agraciada en el área de las tetas, pero lo recompensa el que tenga un buen trasero.

Poso mi vista ahora en el póster que tengo encima de mi mesita de noche donde se anuncia el download festival que este año irá desde el 10 hasta el 12 de junio. Fue una lástima que para mi cumpleaños número 18 haya sido cancelado, pero este año cuento con suerte y solo faltan cuatro días para que cumpla 19 y tres para que pueda ver a algunas de mis bandas favoritas tocar.

Tomo el cargador de mi celular y salgo de mi habitación cerrando con seguro en el proceso.

No es que les oculte a mis padres algo grave como el cuerpo sin vida de alguien, pero sí tengo algunos juguetes que no me gustaría que encontraran por equivocación.

Bajo con algo de prisa las escaleras y me detengo en el salón principal donde mi mamá se encuentra hablando por teléfono, me acerco con la intensión de despedirme, pero me detengo en cuanto noto que está hablando en alemán.

Tiro a ciegas © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora