Capítulo 7

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Dominik

—Estate siempre atento porque el objetivo es muy impredecible y volátil —me aconseja mi director a cargo.

Cada azul tiene uno, somos los más fuertes y ágiles en combate por lo que ya no recibimos instrucciones generales, cada azul es independiente así que se nos asigna un director únicamente para información sobre las misiones que nos asignan y otros asuntos sobre la recompensa por el trabajo cumplido, el resto de eslabones de la pirámide son comandados por un miembro del consejo. Hay 3 miembros del consejo para los 3 niveles restantes del CAAM.

El Centro Armado con Aislamiento Militar o mejor conocido en el bajo mundo por sus siglas CAAM es una entidad secreta encargada de cumplir misiones para personas importantes en todo el mundo. Si alguien con influencias tiene alguna amenaza que afecte contra alguno de sus intereses o a la vida de personas ajenas a su poder nosotros nos encargamos de eliminarla. Somos secreta hasta para los gobiernos, si supieran lo que hacemos tratarían de tener control sobre nosotros y eso para el líder es inconcebible ya que él es como un lobo solitario que ansía para sí solo el poder.

En el CAAM se reclutan niños desde los 13 años que son entrenados como verdaderos soldados dentro de las instalaciones donde se les provee de los recursos necesarios para vivir cómodamente. La sede principal se encuentra en Alemania y hay alrededor de unas 6 más en otros países, pero que son desconocidas hasta para sus miembros.

A todos los recién reclutados se les asigna el color naranja que es el nivel más inferior. A medida que avancen y demuestren sus destrezas van subiendo de nivel, pasarán por el verde y luego el rojo antes de finalmente llegar al azul, cabe resaltar que al ser el último nivel se requiere de mucho para alcanzarlo, son pocos los que llegamos a ser azules y por ende se nos asignan las misiones más importantes y peligrosas. Si acumulas misiones realizadas satisfactoriamente vas ganando pagas y favores. No nos pagan nada mal por cada misión, pero ese dinero se transfiere a una cuenta que cada miembro tiene para serle entregada en el momento que decida abandonar las instalaciones para siempre, no podemos gastarla en cualquier pendejada que se nos antoje.

Como aquí tenemos un techo, comida, vestimenta y seguridad la mayoría optamos por quedarnos aquí y cumplir misiones antes de vagar solos por el mundo sin tener nada garantizado. Preferimos la comodidad segura a un futuro totalmente incierto.

—Siempre estoy preparado para cualquier cosa que pueda ocurrir en una misión, tu consejo está de más —le digo mordaz observando hacía un lado donde Melanie está haciéndome señas mientras entrena con una chica de nivel verde.

—No seas tan vanidoso, yo sé que eres muy cuidadoso, no por nada se te asignó a ti esta misión —me pone una mano en el hombro y baja la voz—, pero oí que este es uno de los peces gordos difíciles de pescar. Completa correctamente esta misión y te aseguro que vendrán cosas muy buenas para ti.

Miro con desagrado su mano y la quito de mi hombro con brusquedad. No me gusta la confiancita que se toma mi director, no sé qué carajos se cree como para hablar como si fuéramos viejos amigos cuando hace apenas dos días intentó sabotear una de mis misiones. Claro que no lo logró, pero desde entonces se muestra amigable y hasta gracioso conmigo. Lo tengo en la mira de mi revólver.

Abre la boca como un pendejo, pero lo dejo parado en medio de la amplia sala de entrenamientos y me dirijo a donde está Melanie. Su melena rojiza resalta entre los soldados que están entrenando.

Ella podría considerarse mi única amiga en este lugar, exceptuando que los amigos no hacen lo que ella y yo hacíamos de vez en cuando para liberar tensión.

—Esta chica tiene potencial, la vi hacer una llave bastante buena en un chicho que le doblaba en tamaño y desde entonces me he propuesto a entrenarla —comenta al llegar hasta ellas.

Tiro a ciegas © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora