Capítulo 37 - Parte 1

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Isabell

Presto poca atención a las voces que charlan en el comedor del apartamento de Erik, el tierno chico que nos ofreció un lugar para resguardarnos a cambio de un enorme pudin de chocolate. Un trato un poco extraño y muy desequilibrado, pero quién soy yo para juzgar.

Camino por el angosto pasillo hasta entrar en una de las dos habitaciones de huéspedes que hay. Esta tiene baño propio por lo que decido usarlo antes de que los otros decidan comenzar a alistarse aquí también.

Tomo la enorme caja que mantiene mi vestido y justo cuando estoy a punto de abrirla la puerta se cierra con cuidado, escucho el suave sonido del seguro. Me giro y encuentro a Dominik recostado en la puerta de brazos cruzados observando con sus intensos ojos azules mucho más debajo de mi rostro. Me aclaro la garganta.

—¿Encuentras algo especial para mirar?

Muy despacio va alzando la mirada de mis muslos hasta enfocarse en mis ojos. Debo decir que me ha hecho un repaso bastante descarado y para nada disimulado.

—Un par de cosas de hecho, lo mejor de todo es que están en conjunto por lo que difícilmente puedo apartar la mirada de todo lo que encuentro especial.

—En ese caso debe tratarse de algo realmente maravilloso si te mantiene embelesado mirando sitios no propios de un caballero.

—Nunca me he considerado uno así que soy libre de mirar lugares tan profundos como me plazca.

Maldita sea, esas palabras junto a su sonrisita ladeada amenaza con hacer mojar mis bragas.

—¿Cuán profundo estás dispuesto a adentrarte?

Dominik se separa de la puerta y camina hasta donde yo me encuentro a orillas de la sencilla cama pegada a la pared.

—Lo suficientemente profundo como para poder sentir la humedad recubrirme por completo. No hay nada mejor como descubrir qué tan empapado puede encontrarse el interior del lugar en el que me encantaría estar sumergido todo el tiempo.

Es efectivo, mis bragas están arruinadas. Mi respiración se ha alterado. Mis sentidos se han nublado para solo percibir a Dominik, su trabajada y perfecta anatomía me roba la concentración. No sé en qué momento la conversación se volvió tan sucia y sinceramente no me asusta haber llegado a ella. La mirada de Dominik sobre mí promete descubrir muchas cosas, entre ellas lo empapado que está eso en donde tanto quiere entrar.

—¿Si tuvieras la oportunidad lo descubrirías? —le pregunto algo afectada por la situación. Pero en el placentero sentido, me he excitado con este juego.

—No me gusta dejar pasar las buenas oportunidades —se acerca tanto que sus labios están a punto de tocar los míos y ya puedo saborear el beso que se avecina—. Pero solo estoy interesado en que esa oportunidad provenga del conjunto de partes especiales que me fascina admirar y no creo que eso ocurra, así que debo aprender a vivir con ello...

Se aleja de mí en dirección al baño mientras tararea alguna canción. Abro y cierro la boca como un pez fuera del agua. «¿Acaso acaba de dejarme encendida porque según yo no lo dejaría continuar?» ¡Pero sí estaba más que dispuesta!

Resoplo y miro hacia el baño en donde puedo ver a Dominik desnudándose para seguramente comenzar a ducharse. Ni siquiera se ha tomado la molestia de cerrar la puerta así que soy perfectamente capaz de mirar cada centímetro de su follable cuerpo.

Oh no, que ni crea que puede dejarme así y salirse con la suya.

Sigo sus pasos y entro al baño, para este punto él ya se encuentra completamente desnudo y me da la espalda. Me maravillo con la vista de su bien formado culo, él no tiene que envidiarle a ninguna mujer, al contrario, muchas considerarían injusto que Dominik tenga tan gran atributo en lugar de ellas, y debo decir que no es lo único grande que tiene. Definitivamente los dioses han sabido bendecir a Dominik.

Tiro a ciegas © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora