Fortuito • Finnick Odair

Capítulo 15

Sé que ya no debo tomar café, la última vez que lo hice mis nervios reventaron, pero no puedo evitar sentir necesidad por algo para mantenerme despierto. Pase una mala noche, demasiadas cosas para procesar en un solo día y mi mente no descansó en la noche. Me siento como ido, viendo fijamente las cenizas que quedan de la fogata.

—Te ves mal soldado —dice Jack, el es quien se queda con nosotros en la guardia—. Deberías ir a la enfermería.

Su voz hace que salga de mi letargo, solo le sonrío levemente.

—Estoy bien.

Miro a mi al rededor, todos los soldados listos levantando sus cosas y preparándose para salir. Habrá otro enfrentamiento, lo más probable es que quieran librar la plaza de agentes de la Paz.

—En ese caso, hay reunión, —Jack vuelve a hablar y me da la mano para levantarme— ya sabes donde es, ve.

—¿Tú no iras?

El sonríe y me empuja.
—No es mi lugar, yo solo disparo.

—En ese caso no tiene sentido que vaya —le digo.

—Tu eres su invitado, ya sabes, ventajas de ser vencedor.

Tiene razón, lo único que puedo es escuchar lo que dicen. Lyme, la antigua vencedora del 2 da su mejor presentación sobre lo que se ha intentado hacer con la nuez. Casi nunca estuvimos juntos, después de sus juegos solo fue mentora una vez o quizá dos, se limitó a vivir en su distrito. Mags siempre tan buena quiso conocerla, pero ella siempre fue reservada, me contó que no había salido limpia, poco tiempo después me enteré a que se refería, los rumores que se decían de ella, que era sobajada por aquellos hombres más pequeños, solo por diversión, era exótica una mujer tan grande. Cuando perdió la gracia supongo que la dejaron en paz.

Ahora es comandante, tiene la fuerza y el carácter para serlo, impone respeto a donde vaya. Esta desesperada por terminar esta situación, cada estrategia que ha intentado solo termina con más bajas. Todo lo que proponen los cerebros le exaspera, porque ya lo ha pensado. Así que al final estalla: —La próxima persona que sugiera que tomemos las entradas, más vale que tenga una brillante forma para hacerlo, ¡porque va a ser el que liderará esa misión!

Silencio total. Gale que ha estado aportando ideas ahora se mueve por la maqueta del hueso, no deja de verla. Lyme mira desesperada a todos, buscando que al menos uno diga algo que sirva, frustrada solo se sienta frotándose la sien.

—¿Realmente es tan necesario que tomemos el Hueso? ¿O sería suficiente con dejarla inútil?

La atención de todos se enfoca en él. Quiero soltar avalanchas de tierra sobre la nuez, al principio todos dicen que eso no se puede controlar, por lo tanto la vida de las personas dentro del Hueso no está garantizada. Muestran el sistema de ventilación que será tapado por las toneladas de tierra que caerán encima.

Al final Beete da una esperanza de que se puedan salvar.
—Ellos aún pueden escapar a través del túnel del tren hacia la plaza.

La respuesta parece agradar a todos pero entonces Gale suelta las siguientes palabras: —No si nosotros lo estallamos.

El no quiere que nadie sobreviva. Tratan de explicarle que es gente a fin de cuentas y que deben tener la oportunidad de rendirse, pero solo logran que Gale se enfurezca.

—Esa oportunidad no nos dieron en el 12 —su voz llena de coraje resuena— ¡Vimos niños quemarce hasta la muerte!

A mi mente llega la imagen del cuerpo calcinado que vi al comienzo del bosque, si tan solo hubiera salido un poco antes estaría a salvo, ¿cuantos años tenia? ¿Trece o doce años? Su cuerpo carbonizado no sale de mi mente, las manos retorcidas y negras. Si, merecen morir, pero si lo hacemos, ¿eso no nos convierte en ellos? Lyme ya ha perdido muchos soldados, pero sobre todo vecinos y amigos, cada soldado debe pasar por lo mismo, ¿los obligaremos a ver cómo entierran en vida a otros? Algunos no tienen opción, muchos son reclutados a la fuerza, ser agente de la Paz no siempre es vocación o amor a Panem, sino el hambre que te obliga llevar un sueldo a tu familia.