LA GUERRA DE DOS REINAS.

3

Adeline Targaryen.

Camine por los pasillos de aquel bonito castillo o Fortaleza como había escuchado que le dijo  Aemond. Pude ver una chica muy hermosa en una de las habitaciones, tenía los ojos parecidos a los míos y el cabello de los príncipes.

—Helaena—susurro Aemond —Nuestra hermana.

Me empujó ligeramente y cerró la puerta de su habitación. Cuando llegué a la puerta del rey ambos entraron conmigo.

—Padre — ambos hicieron una reverencia e intente imitarla, pero fue un desastre.

El rey levantó la vista y me analizo durante unos segundos. ¿ Qué estaba mirando? ¿ La cicatriz de mi frente?

—Rhaenyra con cabello negro —murmuro y arrugue mis cejas —¿ Por qué nadie me dijo que se parecía a Rhaenyra?

—No se parece en nada —Aegon me miro —¿ O si?

—Rhaenyra en su época de rebelde.

—Te sorprendería lo rebelde que es —Esta vez fue a Aemond el que hablo.

—¿ Cómo te llamas?

—Adeline.

—¿ Cuantos años tienes?

—Quince.

— Por todos los Dioses—murmuro y arrugue mis cejas —¿ Quién es tu madre? ¿ Cómo se llama?

—Se llamaba Ana y murió hace un año.

—Lo siento mucho querida, pero entenderás que debo decirle a tu padre de tu existencia.

—¿ Cómo se llama? —pregunte.

—Daemon, Daemon Targaryen.

—¿ El mismo que se caso con su hermana?— mire a los hermanos y Aegon asintió.

—Hasta que Daemon llegue estarás aquí, te presentaré a mi esposa y a mi hija. Y también estudiarás con Aemond.

Genial anciano, envíanos a estudiar con el psicópata al que le caemos mal.

—Mhmm — escuché a Aemond.

Una hermosa mujer entró a los aposentos, estaba vestida de verde y me sentí incómoda ante su mirada.

—¿ Quién es ella? — pregunto —¿ Es una..... 

—Alicent —advirtió el rey e hice una reverencia.

—Majestad—dije torpemente.

—Alicent, ella es mi sobrina, Adeline, es la hija de Daemon.

—¿ Qué hacen ustedes aquí? — ignoro a su esposo y miró a sus hijos.

—Acompañando a la princesa, madre —Aegon sonrío.

—Aemond debería estar entrenando y Aegon debería estar con la hija de Lord Lannister.