LA GUERRA DE DOS REINAS.

8

Aemond Targaryen.

Por órdenes de mi padre estaría ahí para recibir a Daemon y al mayor de los Strong. Adeline estaba nerviosa, podía notarlo. La manera en la que acomodaba su cabello cada cinco segundos o como movía sus dedos detrás de su espalda.

Se había cambiado esos horribles vestidos y ahora usaba uno color marfil, era ajustado y le sacaba un cuerpo increíble, pero se sentía incomoda tratando de tapar la cicatriz de su hombro.

Las puertas de la Fortaleza Roja se abrieron dando paso al carruaje. Adeline dio un respingo y se paro detrás de mi. Aegon estaba a su lado y por primera vez aquello no me molestaba. Daemon y Jacearys bajaron del carruaje y Adeline tomo mi mano y se asomo un poco para mirarlos.

—Hermano —mi padre abrazo a mi tío y este le correspondió —Es un gusto verte nuevamente.

—Hermano —miro a todos lados buscándola y jale su mano, pero esta no se movió y se limito a asomar su cabeza detrás de mi hombro.

No me gustaba aquello, pero lo aceptaría solo para molestar un poco a mi tío. Jale a Adeline con todas mis fuerzas y la deje delante de su padre soltando su mano.

—¿ Tú eres mi hija?

—Eso dice el rey —murmuro con nerviosismo.

—¿ Cómo se llama tu madre?

—Ana.

—Si, es mia — susurro mirando a su hermano —Es idéntica a Rhaenyra.

—Eso mismo dije yo.

—¿ Cómo llegaste hasta aquí?

—Aegon y Aemond la encontraron y la trajeron.

—Ya veo — se hizo a un lado —El es mi hijo Jacearys, el primogénito de mi  esposa, la princesa Rhaenyra.

—Principe— hizo una reverencia menos torpe a las que solía hacer.

—Jace, solo Jace. Eres parte de la familia ahora.

Aegon resoplo molesto y sonreí.

Daemon y Jacearys se adentraron a la Fortaleza para ir a descansar por órdenes de mi padre y me fui a entrenar cuando se fueron. Aegon me siguió esa mañana y entreno conmigo, estaba mejorando con sus habilidades y no pude evitar pensar en Adeline y en como le decía cosas a Aegon para que me derribara y a veces funcionaba. Realmente me sentía extraño pasando tiempo con ellos.

Fui a Pozo dragón y ahí estaban ellos con Sunfire.

—Hola —Adeline agitó una de sus manos y paso la otra por las fauces de Sunfire.

—¿ Donde esta Aegon?.

—Esta hablando con una de las personas encargadas, yo hablo con Sunfire.

—Es un dragón, Adeline, no puede hablar.

—Pero si puede escupir fuego y más a tuertos odiosos como alguien como por ahí —Se encogió de hombros haciendo una mueca chistosa.

—Empiezas a hablar como Aegon, nos vemos más tarde, Ady.

Me detuve en seco al escuchar como la había llamado y me fui en busca de Vhagar cuando no dijo nada. Volé por unos segundos y resople cuando vi a Aegon con Adeline en Sunfire, les pasé por encima tapando el sol y la pelinegra me dio una mirada asesina. Me eche a reír y terminé mi vuelo para volver a Pozo dragón, tenía que ir con mi madre para algunas cosas del banquete de esa noche.